diumenge, 30 d’octubre del 2016

Cambio de hora

Yo no pienso cambiar la hora, he decidido que esto de los viajes en el tiempo no está hecho para mí, si me he levantado mareada y todo. Así que, a pesar de que voy a llegar tarde a todas partes, me niego a seguirle el rollo a todo el mundo. Esto del ahorro energético es una trola que se inventaron, a ver si yo no voy a seguir encendiendo la luz cada mañana antes de ir a trabajar, igual la solución sería un cambio de horario laboral, y de paso una reducción horaria; es más, ¡energía gratis para todo el mundo!


Resumiendo, desandas, en lugar de andar, me siento como un cangrejillo, y esto de llevar la contraria a Machado con su "y se hace camino al andar" no me parece bien. Sé que voy a acabar sucumbiendo al cambio de horario, pero por hoy, ¡me niego!

dilluns, 10 d’octubre del 2016

Mi pérfido jardín

No entiendo nada de plantas y lo peor es que a la que llevo unos días pasando del jardín, me asomo a la ventana y veo que todas están pletóricas y llenas de flores. Sé que es un boicot y que se mofan de mí. ¡Pues ya verán como salga con unas tijeras de podar!



Lo peor de todo es que en cuanto tengo algo de tiempo vuelvo a las andadas. Ahora estoy haciendo un experimento para demostrar que, haga lo que haga, mis plantas tienen un plan diabólico para destruir mi autoestima. Estoy regando aleatoriamente, unas sí y otras no... y en cuanto a la poda, he recortado la mitad de cada planta, a ver qué pasa. Voy a demostrar que están conchabadas. ¡Esto es la guerra!

divendres, 7 d’octubre del 2016

Adelantamientos

Me exaspera la incapacidad que tiene la gente para hacer cola. ¿Es que no lo aprendieron ya en primaria o es que aquí todo el mundo es más listo que el de al lado? Cuando llegué a Italia recuerdo que lo primero que aprendí es que el buen italiano aparta a la gente de la cola a codazos, así que siempre me pongo en pose cántaro cuando hago cola... ahora hay más de uno que por intentar colarse se ha llevado un buen golpe... que conste que yo ni me muevo, me quedo quieta como una roca, así que soy inocente de cualquier cargo de agresión física.

A ver si van a tener que poner filas premarcadas como en los aeropuertos, con la cintita indicadora y el tiempo de espera marcado en paneles luminosos. Es pura falta de educación: como cuando vas en el carril de la derecha y está parado, el de la izquierda es de los que van a girar y va más rápido... pues ya van los 4 o 5 listos que luego te piden paso a la derecha. Conste que yo no conduzco y sé perfectamente cuál es el carril por el que hay que ponerse, ¿por qué esa gente no lo sabe? (pregunta retórica: porque sí que lo saben y le ponen morro). 

dimecres, 5 d’octubre del 2016

Vuelta al ruedo

De vuelta al ruedo. De nuevo, cambio de centro, es lo que tiene ser profesora y haber abandonado mi plaza por principios, que ahora estoy tan precaria como cuando empecé, pero merece la pena.  Eso sí, todo el verano en el paro, para que luego me vengan diciendo lo bien que viven los profesores. 


Pensando en cosas positivas... me he propuesto retomar la psicología, tuve que parar porque me saturé y si me lo tomo como una afición (que es lo que es, porque a mi edad no creo que me dé tiempo a ser una psicóloga de prestigio), no merece la pena agobiarme. Eso sí, sigo en la Uned, porque en la UB, entre el recargo que nos cobran en Cataluña por segunda carrera (la friolera de un 40% más) y que en desplazamiento pierdo un montón de tiempo, casi prefiero hacerlo online, a ver si consigo organizarme y pautarme bien el ritmo, que aquí es libre albedrío.


Además, con lo de la vuelta a la rutina voy un poco despistada, si es que esta mañana me ha sonado el despertador y mi primer pensamiento ha sido: ¿qué es eso que suena? Vale, sé que os ha pasado a todos, pero yo ya llevo 3 semanas y no es que se me hayan olvidado las contraseñas, es que ni siquiera recuerdo cuál es mi cuenta de correo electrónico. 

dilluns, 3 d’octubre del 2016

Mis despertares

A veces creo que soy nórdica o francesa, mis horarios no son propios de un español medio y corriente. Siempre me he levantado a horas intempestuosas; cuando todo el mundo sigue conectado a Internet y trasnochando, yo madrugo (incluso en los festivos). Luego llegan las 10 de la noche, hora muy española para empezar a cenar, y yo ya tengo los ojitos medio cerrados y esa mala leche que me caracteriza cuando tengo hambre o sueño (sí, como los niños).


Así que en casa solemos comer a la francesa. Al mediodía rara vez podemos, porque el trabajo marca el horario, pero por la noche cenamos cuando en las demás casas apenas han acabado de merendar. Sobre las 7 nos entra hambre y nos obligamos a esperar a las 8 porque nos sentimos raros y ancianos. Mis padres son de mi estilo, pero los suegros empiezo a sospechar que son vampiros disfrazados de entrañables viejecitos... suelen llamar a las 10, aunque ya los hemos ido acostumbrando a llamarnos antes, porque al principio nos despertaban siempre. A pesar de ello, se levantan tempranísimo... creo que el secreto está en la siesta, como yo nunca he gastado de eso...

dissabte, 1 d’octubre del 2016

Urtícara

Hoy es el día mundial de la urticaria crónica y voy por la calle esperando que todo el mundo me felicite. Ilusa de mí, si lo comparto con el día internacional de las personas de edad (supongo que mayores era políticamente incorrecto o han hecho una traducción rara) y el día internacional del niño (todavía más curioso que confluyan estas dos celebraciones en el mismo día).



También es el día internacional del vegetarianismo y del turismo (como mínimo en Cataluña). O sea, que incluso para tener un día especial resulta que somos minoritarios. Pues yo me voy a tomar un antihistamínico para celebrarlo y unas bravas, aunque todavía no sé si en ese orden, reivindicándome como urtícara (palabra inventada por el roncador para animarme).
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