dijous, 19 de novembre del 2020

El amor no tiene límites

No sé si debería contaros esto, y a pesar de ello no puedo evitarlo: mi marido, del que no estoy separada legalmente, pero qué felices que somos desde que vivimos separados, se ha echado novia, en ROMA, porque como sabe que es una de mis ciudades favoritas ha pensado que igual me apetecía ir a visitarlos por Navidad y ponerme hasta el culo de Pandoro con helado de vainilla. 

Está en plena luna de miel de las relaciones, en la que todo es hermoso y todavía no te tiras pedos delante del otro por si se lo repiensa mejor (aunque si somos sinceros, yo me tiré un pedo muy gordo en la primera semana y grité Bauhaus para disimular, porque estábamos en Marsella y venía a cuento). Pues eso, que todo es maravilloso... ¿y no va él y se carga la tapa del váter a la primera de canto? Es que no lo puedo dejar solo, todavía no entiendo cómo la conquistó, para mí que le puso alguna cosa en el café en la primera cita, o no se entiende.

dimecres, 11 de novembre del 2020

Hordas de gatos

Gata lleva días en los que, cuando me despierto, me la encuentro a milímetros de mi cara, atenta, como esperando o maquinando algo. Me da mucho miedo, pone cara de estar elocubrando un plan diabólico para acabar con el mundo, y yo soy su instrumento para llevarlo a cabo. Llamadme exagerada, que lo soy, pero eso no es nada normal.



Cualquier día me levanto y estoy rodeada de 10 gatos más, 20, 50... y ahí empieza todo. ¿A alguien más le est pasando? Porque tiene pinta de que todos los gatos están interconectados mentalmente y de que se estén comunicando telepáticamente. En mi viaje de bodas, al que era entonces mi marido, se le ocurrió darle un poco de jamón a un gato y a la mañana siguiente nos había rodeado una horda de gatos y os aseguro que en mi vida he pasado tanto miedo, salí corriendo y abandoné al roncador vilmente, lo mío es sálvese el que pueda.

dijous, 5 de novembre del 2020

Reina por un día

Hoy es mi cumpleaños y esta mañana ya hay dos cosas que son signos de vejez: llevo desde las tres levantada y el móvil me ha actualizado una cosa y ahora lo veo todo con zoom. Suerte que ayer mis niños me hicieron sentir más que reina por un día, diría más, princesita: me preguntaron cuántos cumplía, y como soy despistadísima y nunca lo recuerdo (no es broma, la gente no se lo cree, pero es cierto), hice que lo calcularan. Y todos, de forma espontánea dijeron: 

- ¡44!, ¡nos has engañado, como mucho tienes 36!

La verdad es que tengo una genética envidiable en ese sentido. Probablemente sea porque para mí, después de los 11 años no ha habido un mañana, ese sí que fue un buen año, lo recordaré siempre. Qué lástima que no sea yo la que les ponga nota porque tendrían un 10 todos. Aunque eso compensa a uno que lleva desde inicio de curso queriendo verme sin mascarilla, me vio por casualidad desayunando sin ella, y ahora dice que tengo cara de bruja (ojalá, porque le haría brujería de la buena).

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