Con el buen tiempo mi casa tiene el clima helado del invierno y en la terraza se está en la gloria, así que esta mañana he dejado todo bien abierto para equiparar ambientes. Se me ha escapado la gata por el tejado y ha entrado un moscardón enorme. Nada, que eso parecía un intercambio de estudios, y que conste que casi me quedo con la mosca, que era menos cojonera que Gata.
Ni caso se han hecho la una a la otra, que mi Gata es muy buena cazadora si no tiene que desplazarse para ello, es decir, si le queda cerca y no tiene que cansarse. Luego se pasa horas correteando con su amiga invisible, y me salta encima mientras duermo, pero en lo de trabajar es muy Made in Spain.
Un equilibro natural, en el que cada cual está con lo suyo. ;)
ResponEliminaA lo mejor gata y mosca se hacen íntimas.
ResponEliminaMi gata, la negrita, cuando ve una mosca maúlla para que vaya y me encargue de matarla. Así descubrí que ella era la jefa ;)
ResponEliminajajajajaj la Naturaleza sabe lo que hace.
ResponEliminaYa va llegando doña Primavera.
ResponEliminaSalu2.
Yo también tengo un gatito. Me gusta tu blog. Un beso
ResponEliminaTendrás que pagarle el plus de desmoscatización.
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