diumenge, 18 de setembre del 2016

Ultimísima generación

Cada vez lo entiendo menos: la gente lleva unos móviles de ultimísima generación que hacen que mi bolsillo tirite solo por estar sentada al lado de ellos. ¿Cómo pueden permitírselo? Orgullosa estoy de mi móvil viejuno y en su momento económico, que aguanta como un jabato y tiene una grieta enorme (a la que le he puesto una de mis tiritas de unicornios). 

Incluso el tío que pide en la puerta de mi supermercado tiene un móvil de esos caros (claro, que también hizo vacaciones de pedir en agosto, muy curioso). Yo entiendo el dispendio en las personas que lo usan mucho para el trabajo o para los que el teléfono es indispensable en su jornada laboral; pero cuando veo a niños de 11 años con esos mega teléfonos y ni siquiera tienen Internet, me pregunto para qué deben de necesitarlos y si sus padres no podrían usar ese dinero en libros, extraescolares...


En resumen, ¿dónde regalan esos teléfonos? ¿Es que esa gente no come y no paga sus facturas? Algo estoy haciendo mal con la gestión de mi dinero, está claro, a este paso voy a tener que poner a trabajar a las gatas (fijo que nos forramos, son tan lindas).

dissabte, 10 de setembre del 2016

Nevera llena

Siempre me pasa igual, a principios de mes vamos al super y una se viene arriba comprando, porque es sabedora de que la tarjeta puede y no va a dejarme tirada (que es lo que suele hacer todos los 28 de casa mes, como un reloj). Y ahora tengo tan llena la nevera que voy a tener que ponerme a cocinar y a congelar tuppers.


Si compré bombones y todo, de esos que se toman con el café, como si fuéramos ricos y famosos permitiéndonos estos lujos (en mi defensa diré que tenía un vale descuento, siempre pico).

divendres, 9 de setembre del 2016

Redes

Hace unos años me hice de Linkedin (muchos años) y ahí se quedó, hasta que el roncador, que siempre está al día de todo, me obligó a tenerlo al día. Y así fue cómo descubrí que tengo muchos coleguillas, que hay mucho chafardero por el mundo y que Linkedin es el nuevo Facebook del siglo XXI.


Madre mía, de dónde sale toda esa gente que podría conocer, si no me suena la cara de nadie. No, en serio, si toda esa gente está en mi red de contactos, no entiendo qué he hecho todo el verano en el paro, habrá que buscar un enchufe ahora mismo... voy a mirar qué cargos tienen, que igual son unos mindundis como yo.

dijous, 8 de setembre del 2016

Odio y rencor (entre risas)

Llevo unos días de mala leche, supongo que estoy nerviosilla por varias cosas, así que me enfado con todo el mundo (sí, incluso con el roncador, que es un santo varón). Y mirando por Internet me encontré un aviso de la policía nacional en la que advertía que si sabían de algún caso de odio extremo, que lo denunciaran... me asusté, para que engañaros, porque esta semana he odiado, y mucho, y sin sentido.



Así que he decidido tomármelo todo a cachondeo (sobre todo por la advertencia de la policía). Empezando por el día que me quedé sin luz y la señora de averías de mi compañía me decía para comprobar cuál era el problema (muy profesional todo) que mirara si en la calle había luz... a lo que respondí que no, que todo estaba apagado, en todo el pueblo nada de luz (si es de día, ¿¡qué quiere que mire!?, ah, claro, que ella debía de estar en otro huso horario porque así la empresa ahorra dinero).



Viene con subtítulos en varios idiomas a elegir en la pestañita de la derecha (Lorza, eso va por ti, que te conozco).
Y luego me encontré con este maravilloso vídeo de Ted Talk que me ayudó a sobrellevar mis malhumorados días, sacándome unas risas a algo a lo que ya estamos acostumbrados, los mails de empresas a los que no nos hemos suscrito y a los que no podemos darnos de baja a pesar de intentarlo.

dimarts, 6 de setembre del 2016

El mando

El que hace los mandos a distancia odia profundamente a la humanidad. Si es que además el botón de encendido y apagado, el del volumen, y el botón de teletexto para mi padre (y algún que otro rezagado), ¿para qué quiero todos los demás?



Total, si luego lo habré dejado encima de la mesa y como estará tan lejos del sofá acabaré por no cambiar de canal. Que ya nos conocemos. En realidad, tanto mando a distancia me agobia: tengo una amiga que lo tiene todo en el móvil y luego nunca sé si está llamando, sintonizando la radio o está poniendo el aire acondicionado. 

dilluns, 5 de setembre del 2016

Accidente casero

Ayer por la noche me hice un corte en el dedo y hoy el baño parece sacado de la matanza de Texas, no por la sangre, es que entre el Betadine y la Mercromina monté un sarao que ahora está todo rojo. Y el caso es que visto a la luz del día apenas si me hice tajo. A todo esto, el roncador estaba durmiendo y no se enteró de nada. Esta mañana me ha despertado un grito apagado, debe de haber pensado que vive con una asesina en serie y me había traído el trabajo a casa.


Lo que pasa es que cualquier herida en los dedos es muy exagerada. Eso sí, ya tenía yo ganas de cortarme con algo, desde que me compré unas tiritas monísimas de unicornios, me he puesto tres, porque son una cucada y porque no pegan nada (para estar mona hay que malgastar). 

diumenge, 4 de setembre del 2016

I+D

¿Alguna vez habéis pensado en la mierda de marketing que tienen las compresas? Antes todavía hacían anuncios, chorras, eso sí, pero lo intentaban. Ahora ya ni eso. Además, ya sería hora de que dedicaran algo de investigación y desarrollo al tema envoltorio, que la última vez que lo cambiaron me estaban creciendo las tetas.


Y luego entras en el supermercado y te venden esto (¿flotador?).
No sé, algo de innovación: mensajes positivos en el envoltorio, unas pastillas de hierro de regalo con el paquete, un vale para un helado, un bate de béisbol (a libre interpretación), una pelota antiestrés, un cursillo de boxeo para controlar la ira... ¡Algo!


Es evidente que en el gremio hay una fatal total de creatividad, se quedaron con aquello de a qué huelen las nubes (pues a flores no, está claro) y ahí sigo yo, de mal humor y con un sistema de cierre de la compresa que nunca pega. Ni siquiera miran por el bien del planeta, que fijo que no se les ha ocurrido dejar de utilizar tanto plástico y probar fórmulas nuevas, ¿a que no? Pues por esas ideas tendrían que pagarme, ahí queda eso. 

divendres, 2 de setembre del 2016

Ya se acercan: los 40

A mí lo que me da más pereza del mundo son esas cuarentonas que van por la calle pensando que todavía tienen 15 años, y suelen ser esas mujeres que además les roban la ropa a sus hijas que, avergonzadas, tienen que soportar la rabia de sus madres porque ellas son jóvenes y todavía no tienen celulitis. En realidad, igual es un aprendizaje, no deja de parecerse a la relación entre Blancanieves y su madrastra, ¿no? Esperemos que todo acabe mejor... o en el psicólogo.



Por no hablar de sus maridos, que son pareja prototípica: ellos tan a la moda, tan nórdicos y por su sangre corren ríos de horchata. Seres que cuelgan del brazo de sus señoras, como si fueran un bolso decorativo.




¿Por qué a mí no me pasará eso? Lo cierto es que con los años voy perdiendo complejos y ganando en alegría. Será porque llevo un par de años feliz con mi michelín (y no me refiero al roncador, que también), porque este año hago 40 tacos y me sientan genial (a pesar de los achaquitos).

dijous, 1 de setembre del 2016

Las cosas del amor

A mí esto de las mariposas en el estómago nunca me ha pasado. También es cierto que solamente me he enamorado una vez y fue del roncador, que ya lo tenía muy visto porque éramos buenos amigos, así que como mucho, por pensar en algo parecido, habré tenido una gastroenteritis.


No voy a mentir, con el roncador fue lento, pero seguro. El amor surgió al cabo de años de amistad, así que supongo que a mí lo del amor ciego, espontáneo y pasional no se me da demasiado bien, soy más de fuego lento. El caso es que sí, estoy enamoradísima, pero a veces no tengo muy claro por qué la gente está tan obsesionada por apuntarse a Meetic o Tinder, ¿será que en el fondo esto del amor es tan maravilloso? 


El caso es que yo creo que a mí me tocó la lotería, porque veo a unas cuantas parejas por la calle que harían bien en separarse,  y no por las peleas (que eso es sano), es más porque emanan una tristeza y soledad que no sentía yo ni cuando era una soltera redimida.
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