A veces reconozco a las personas por el olor, mucho antes de verlas. Suelo pensar que iba para perro policía, pero hubo algun error al nacer, y salí humana, para lo que el olfato no parece servir demasiado, porque o bien soy la única que huele la humanidad o el resto ha decidido ignorarla. Mi madre cree que habría hecho futuro como perfumista o enóloga, pero ni me gusta el vino ni soporto entrar en una perfumería (se me estresa la nariz).
De hecho, han dejado de fabricar la mascarilla capilar que usaba habitualmente, que no olía apenas a nada, era barata y me dejaba el pelo maravillosamente bien sin apenas esfuerzo, y ya llevo dos productos de los que no puedo dejar de oler su aroma a pesar de haberme lavado el pelo varias veces después (aprovechando el poder del blog, si es que tiene alguno, ¿se os ocurre alguna otra opción baratita y sin apenas fragancia?).dimecres, 30 de setembre del 2020
diumenge, 27 de setembre del 2020
Deporte de contacto
Una compañera me ha comentado que después del trabajo se va un ratito a la playa (es lo que tiene vivir en un pueblo costero). Eso me ha dejado pensativa, porque lo que realmente me relajaría sería realizar algun deporte de contacto, lanzar hachas, romper cosas... pero seguro que acabaría por hacerme daño, que me conozco, y sería peor el remedio que la enfermedad.
Lo cierto es que esta semana ha sido durilla, pero volver a las aulas es como un bálsamo.dimecres, 23 de setembre del 2020
Soy minera
Me encanta ir en tren al trabajo, sobre todo porque mi línea es costera y veo las mejores salidas del sol cada mañana; de momento, claro, porque más adelante voy a vivir en la más absoluta oscuridad, literal, que estoy por comprarme una de esas linternas que se llevan en la frente, como si fuera un geólogo o un minero, porque el trayecto al salir de la estación carece de cualquier iluminación.
dilluns, 21 de setembre del 2020
Mi corazoncito
El roncador ha desarrollado un oído ultrasónico para reconocer en qué momento concreto se está acercando el motorista con la pizza; pero para otras cosas, sobre todo que impliquen acciones que sé que no le gustan especialmente, para ello resulta que adquiere una sordera congénita y hereditaria.
El caso es que tiene la mala costumbre (para él fenomenal, porque le exime de cualquier cosa), de responder de forma totalment aleatoria a lo que le pregunto, con un sí o con un no, independientemente del mensaje. Eso me saca mucho de quicio, así que yo también estoy desarrollando el maravilloso poder de enseñarle el dedito del medio, también llamado corazón (será porque es lo que siente mi corazoncito cuando no me escucha).dissabte, 19 de setembre del 2020
Peligro de asfixia
Estaba comprando bolsas para las cacas de la gata (ahí, sin introducción ni nada, al grano) y me ha sorprendido la advertencia de peligro de asfixia. He intentado imaginarme cómo podría asfixiarme con esa bolsita en la que apenas caben las defecaciones de Gata, que caga como si fuera una pantera, también os lo digo, pero la bolsa es más bien pequeña.
Al final he decidido que solamente podría asfixiarme de dos formas, metiendo la bolsa por nariz o boca; o bien atándomela al cuello (para lo que tendría que recortar y adaptar la bolsa a mi garganta). Imagino que viene para los niños pequeños, que no saben leer y les importa tres pepinos la bolsa teniendo mi pececillo bonito justo al lado. No sé, igual estamos sobreprotegiendo a los chiquillos (y algun adulto con inteligencia de vacaciones), porque yo de pequeña me entretenía jugando a tirar piedras y aquí estoy, vivita y coleando.
dijous, 17 de setembre del 2020
Mi nuevo trabajo
dissabte, 12 de setembre del 2020
Promo gratis?
dijous, 10 de setembre del 2020
La invasión de los ultracuerpos o una imaginación desbordada
Acabo de hacer toda la instalación eléctrica nueva de mi piso y justo dos semanas después el fluorescente de la cocina decide fallar, creo que es el cebador, aunque también podría ser alguien pidiendo auxilio, porque al ritmo que parpadea la luz empiezo a sospechar que es un código morse. Espero que mis vecinos no tengan la misma imaginación que yo (tiene pinta de que no, visto lo visto), o en cualquier momento se me presentan los GEOS (ay, mi sueño hecho realidad) echando la puerta abajo y buscando al rehén que tengo secuestrado en la cocina.
Últimamente me he dado cuenta de que tengo que evitar dejar volar tanto la imaginación, porque en mi nuevo trabajo nos han dicho que las horas libres no podemos salir del recinto (cosas de profes, del COVID y de gente con ideas pedagógicas muy locas), así que por la noche soñé que para escaparme del centro alargaba los brazos desde la verja para tocar a cualquier transeúnte y robarle su cuerpo, y así poder escapar sin que se dieran cuenta, al más puro estilo de la película La invasión de los ultracuerpos (pero sin la crítica política, o sí, no sé).dimarts, 8 de setembre del 2020
Mi vida es así, con todo
Si es que lo mío es muy curioso y nadie se lo cree hasta que me conoce, o lo sufre en sus carnes. Para que os hagáis una idea del nivel de gaferío (pero con gracia, que eso no os lo niego) que poseo, voy a contaros mi experiencia con un pedido en una plataforma muy conocida de la que no haré propaganda.
Hice la compra el día 30 de agosto y tenía que llegarme el día 2 de septiembre, hasta aquí todo muy normal y sin sobresaltos... hasta que 5 días después (yo estaba muy tranquila, estoy acostumbrada a los retrasos), me salió un aviso en el que había habido un problema (del todo inexplicable para cualquier mente cuerda), se cancelaba la entrega y me devolvían el dinero. Sin ni siquiera intentar poner remedio al tema ni nada, me cancelan, porque su experiencia habrá sido cercana a la muerte (o eso me temo). Me tienen en la lista negra, y han decidido que viendo mi historial hacerme llegar una funda de sofá a mi casa se las trae. El paquete salió de Alemania y llegó a Barcelona en pocas horas, para acabar, al cabo de dos días en Bergamo, Italia. Qué ocurrió por el camino, nadie se lo explica, así que han decidido devolverme el dinero y santas pascuas. Quién fuera funda de sofá, y poder viajar con toda libertad ni rumbo fijo... a saber dónde estará a día de hoy.diumenge, 6 de setembre del 2020
Bacanales
divendres, 4 de setembre del 2020
Mortal combat
Os aseguro que no me gustan nada las tendencias ni estar a la última moda, y mucho menos en decoración, siempre he preferido ir a mi rollo, y si algo me gusta y es tendencia, pues bienvenido; pero esto de poner los libros del revés en la librería me está poniendo de los nervios, arguyen que la diversidad cromática no aporta paz y a mí mi TOC me impide tener una librería sin poder leer los títulos, qué locura, sobre todo porque las tapas están hechas para proteger el interior, o así lo entiendo yo.
De un tiempo a esta parte, sobre todo con mi cambio de domicilio doble, decidí vender algunos libros basándome en que no me habían gustado y no me apetecía guardarlos, porque uno de mis grandes placeres es disfrutar de los títulos que poseo, y os aseguro que suelo hacer buen uso de la biblioteca. Cada uno en su casa que haga lo que quiera, aunque me pregunto qué harán para encontrar el título que quieren releer o consultar. Aviso, si eres de los que tiene los libros del revés, no me invites a tu casa, porque eso va a convertirse en un mortal combat librero.dimecres, 2 de setembre del 2020
Malditos Banner y Flappy
Creo que nunca os he contado mi miedo patológico a esos monstruos peludos y con cara de rata que son las ardillas, roedores a los que se ha tratado con mucha benevolencia gracias a los dibujos animados y a su carita de animalitos buenos, pero ¡QUE NO OS ENGAÑEN! Son seres perversos cuya única intención es atacaros... ¿Cómo lo sé?
Porque estando en un parque, de un país muy bonito que estaba visitando, me rodearon y una de ellas subió por mi cuerpo hacia la cara, vi vileza en su mirada y creo que salí en todos los vídeos caseros del resto de los visitantes gritando y corriendo con ese bicho enganchado a mí. A nadie más se les subieron las ardillas, por mucho que lo intentaron tentándolas con comida. Ya os digo yo que era un complot del demonio y las ardillas sus secuaces. Lo más curioso es que no tengo ninguna prueba gráfica de ese hecho, porque el roncador se estuvo riendo durante todo el día y todavía recuerda ese momento a carcajadas. Llevo una pulserita con una ardilla que me regaló, el muy cachondo.