dissabte, 30 de maig del 2020

La geganta del Pi

Llevo dos días con una tortícolis que me está matando, no puedo afirmar ni negar nada porque mi movimiento de cabeza está limitado a una única posición, parezco la Geganta del Pi, que solamente se mueve de forma rígida y como en círculos (abajo os pongo imagen ilustrativa, aunque son otros gigantes). 



Mi madre, cuando le he dicho que hoy no haría ejercicio para hacer algo de reposo y ver si mejoraba, me ha recomendado que no lo hiciera;  a pesar de que mi experiencia me dice que no debo hacerle caso nunca, he seguido su consejo, y ahora me estoy planteando si no debería tomarme un relajante muscular o algo parecido (aunque con mi urticaria crónica ni lo intento, que iba a ser peor el remedio que la enfermedad). Total, que el resultado ha sido que no puedo ni levantarme del sofá, algo que de normal no sería un problema grave si no fuera que tocaba limpiar el lavabo (uy, qué penita). Además, con el traslado no encuentro la esterilla ni todos los cojines que tengo de semillitas que se calientan en el microondas, así que Gata, viendo el percal, ha decidido tumbarse entre mis cervicales y el reposacabezas del sofá, y me está dando tanto gustillo que las dos nos hemos puesto a ronronear.

dijous, 28 de maig del 2020

Asuntos de familia

Padres me usan como terapeuta oficial para su relación, y os aseguro que nunca una hija debería estar en esa tesitura, por cosas de las que no querría estar informada y porque ya bastante tengo con lo mío. Ahora les ha dado por llamarme a escondidas el uno del otro, algo difícil en plena pandemia: Madre lo hace cuando Padre se ducha; y Padre aprovecha la compra en el supermercado de Madre. Esta semana me toca lidiar con el tema peluquería, puesto que Madre es la mujer más terca del mundo y cuando se le mete algo entre ceja y ceja no cesa hasta conseguirlo, así que por mucho que Padre esté preocupadísimo por el tema, no voy a usar mis dotes de encantadora de serpientes para sacárselo de la cabeza, voy a usar mi don para el bien, pero para un bien asequible y que tiene más que ver con mi bienestar emocional, porque eso sería un imposible (sobre todo porque ella contraataca con que a mí me iría bien un corte de flequillo y no me apetece abrir esa caja).


Eso sí, él tampoco se queda corto, se ve que ya se puede echar la Bonoloto, algo muy necesario en este país, promover al máximo el juego (pero esa es otra caja con la que tanpoco voy a meterme). Y algo que me afecta directamente a mí, ahora que los noticieros deben de hablar menos del Corona, es que le han recordado que estamos en temporada de declaración de Renta, y yo el año pasado me planté y les dije que estaban exentos y que no iba a hacérsela más, que me costaba más tiempo y dinero que lo que les devolvían. Ah, el hombre no acepta un no, ya me ha llamado no pocas veces para que le tramite el número para entrar online, a lo que me niego, porque ni sabe ni tiene Internet, así que todo volvería a mí, como un ciclo eterno. Al final lo he remitido a Hacienda, que les llame y les pida un borrador si quiere, aunque se va a quedar en agua de borrajas, igual que el año pasado, si no se la hago yo, él no va a mover un dedo. Así que gastamos saliva y energía para nada (o para desquiciarme).

dimarts, 26 de maig del 2020

Mi linda gatita

Se me va el sueldo y el tiempo en recoger las heces de Gata, porque tú ves esas defecaciones y piensas en un Rottweiler enorme, y no, es esa pequeña criaturita, de mirada dulce y cándida. Bueno, tampoco nos pasemos, que los gatos tienen ese punto psicópata, que nunca sabes si van a lamerte o a arañarte. Y para el caso, a veces viene a ser lo mismo, porque debo reconocer que Gata nunca me ha arañado, pero me pega unos lametazos en la cara, que ríete tú de cualquier exfoliación, un día de estos cobro entrada, como esa gente que mete los pies en peceras y dejan que unos pececillos les exfolien la piel muerta (a mí me da algo de grimilla, y en cierta ocasión salí a toda velocidad de un lago justamente porque los peces, que no eran tan pequeños, me dieron miedo, y no fue por la peli Tiburón, que nunca he visto, ni veré).

Lo cierto es que tengo la sensación de que Gata piensa que yo también soy gato, ahora le ha dado por mordisquearme el moño. Ya no sé dónde empieza ella y dónde acabo yo. Eso sí, me da tanto amor y compañía, que se lo perdono todo.

diumenge, 24 de maig del 2020

Dudillas y mascarillas

Con todo este tema de las mascarillas, a una, que es de pensamiento inquieto e inquisitivo, por no decir socrática, le surgen algunas preguntas -mira que me gusta esto de hablar de mí misma en tercera persona, da como cierta notoriedad; o rasgos esquizofrénicos, al gusto del consumidor-. Lo de las tres horas de uso, a mí como que no me convence, porque no es lo mismo uno que respira a lo Darth Vader, por no hablar de los que sufren de halitosis (ahora más que nunca la sufrirán en sus propias papilas olfativas).


Por otro lado, si te viene un estornudo -que hoy en día causa el mismo efecto entre el público circundante que si llevaras una granada de mano y le arrancaras el pasador-, me pregunto qué debes hacer: para mí la respuesta más lógica, aunque asquerosilla, sería estornudar con la máscara puesta, dando apoyo con el codo (por si saliera algo); sin embargo, como no tengo ni pajolera idea, igual es mejor quitársela e ir directamente al codo o sobaco. Por cierto, mi otro médico me comunicó que ni chocar el codo ni tocarse a lo lejos con el pie, el nuevo saludo es al más puro estilo Namasté, que no hay ni roce ni acercamiento alguno (o sea, como si mueves un poco la cabeza a modo de saludo y dices ¡Hey!).

divendres, 22 de maig del 2020

¡Insonorización!

Como profe tengo una característica que suele ser común a mi profesión, y es el acumular y guardar mierdas que nadie quiere, porque somos los reyes del reciclaje y del reaprovechamiento (o sea, un síndrome de Diógenes como una catedral bien llena). Como tal, en las tiendas suelen guardarme cajas y hueveras... y ahora, en mi nuevo piso, en el que las paredes son de papel, querría haber recopilado todas esas hueveras y empapelar la pared, porque no puedo más con los ruidosos vecinos, y dicen que insonoriza. Pero claro, si no me viene el paleta para un escape del baño de hace tres meses por la situación actual (aunque hayamos aguantado estoicamente las obras del ático, que se ve que se rigen por otra normativa), no vendrán para insonorizarme esas dos paredes, ¡ojalá!


No son solo las actividades habituales, es que son argentinos, digamos de naturaleza pasional, y tienen un tono de voz como 7 octavas por encima de la mía, conste que una vez mi compañera de trabajo me acusó de que gritaba flojito (todo ello entre risas, pero hecho que demuestra que hablo más bien flojito y que suelo ser sigilosa). Duermo con tapones y ahí tengo clavada su voz, que me sé su número de la Seguridad Social y el pin de la tarjeta (con eso os lo digo todo). Ya en las actividades más deportivas (dícese del follar), parece que vienen calmándose; ahora él lo suple tocando a horas intempestivas una batería silenciosa, de la que solamente oigo el golpetear de las baquetas, afortunada de mí, y con eso me tiene el cerebro taladrado. Luego tengo sueños que parecen guiones para Quentin Tarantino, en las que alguien muere con varias baquetas clavadas en diversas partes del cuerpo, unas más sangrientas que otras.

dimecres, 20 de maig del 2020

Seguro servidor

Os lo voy a explicar, aunque me da algo de vergüenzita: me he apuntado como a 7 cursos en línea (esto ya nadie lo dice en castellano, qué raruna que soy) y creo que solo he participado en dos, y porque uno era un seminario maravilloso que duraba apenas dos horas, y el otro por terca. ¡Que me he apuntado a alemán!


Ahora ya me ha bajado la histeria un poquillo, por fortuna, porque a estas alturas igual ya me hubiera aprendido 4 idiomas complicadillos; pero no, igual que tampoco me he leído los 400 libros que me he bajado en Epub (que es el acrónimo de Electronic publication, y ya lo podrían haber llamado Ep, que mola más y es más gracioso, o igual es porque soy catalana y sería como un "Eh"). Esto de las siglas es apasionante, recuerdo que en la carrera tuvimos un examen sobre abreviaturas de cortesía y yo, que había estudiado regulín, para s.s. respondí que siguientes, pues la bronca que tuve del profesor en la corrección fue apoteósica, mi argumento era que evidentemente significa siguientes, y el suyo que también Seguridad social y Schutzstaffel (o tropas de asalto de Hitler). No tenía nada que apelar, me tumbó totalmente, pero ya nunca se me olvidó (y para lo que me sirven hoy en día las fórmulas de cortesía, de eso no habla nadie).

dilluns, 18 de maig del 2020

En banderilla

Creo que no os he contado nunca mis experiencias con las agujas. En general, soy bastante bruta con estas cosas, no en vano ya hace tiempo que me pincho una inyección subcutánea a mí misma y no me da ningún reparo. No voy a explicaros ninguna fobia, todo lo contrario,  el hecho de que me pinchen no me hace huir despavorida, aunque la falta de preparación de algunos de los profesionales que se dedican a ello, tal vez sí. Recuerdo una vez en la que el roncador vino preocupado por el tiempo de espera exagerado a buscarme y dice que tuvo la sensación de ver una estampa religiosa, puesto que dos chicas intentaban sacarme sangre a la vez, ambas arrodilladas en el suelo y yo con los brazos extendidos exudaba luz (o sea, sudor).


A priori, en cuanto tienen que sacarme sangre, no doy instrucciones ni pongo pegas a no ser que me lo pregunten, a lo que respondo que según mi experiencia la mejor manera de sacarme sangre es en banderilla, o sea, en vertical y profundo.

dissabte, 16 de maig del 2020

Cuestión de edad

La edad no perdona, pero si de una cosa puedo alegrarme es de que no tengo canas, y eso, quieras o no, rejuvenece. El caso es que la peluquera me dijo que se me iría aclarando el pelo, que cada vez sería más rubia (resulta que soy rubia oscura, no castaña clara; cualquier día tengo los ojos azules y yo sin enterarme). Por eso, cuando ayer fui al baño y me vi una cana no sabía cómo reaccionar, hasta que me di cuenta de que la que envejece más bien mal es Gata, que le ha dado por mordisquearme el moño y me llenó de pelo la cabeza... la cabeza y todo lo que puede, de verdad, no entiendo cómo no se ha quedado pelona.



Además, escuchando cómo mis amigas comentan que la edad afecta a la gravedad, o dicho de otra forma, que se les han caído las tetas, pienso qué feliz he sido teniendo poco pecho, que ahora se mantiene en su sitio (no le queda otra, eso no puede caer por su peso), y de joven me permitía correr ligera.

dijous, 14 de maig del 2020

Give me five

La semana pasada tuve visita con mi neurocirujano, una visita totalmente rutinaria pero necesaria (no os preocupéis, que estoy bien). Al entrar se levantó y acercó su codo al mío y, riendo, dijo que a partir de ahora tendríamos que saludarnos de esta forma tan aséptica. Oiga usted, que lo máximo que me ha dado usted ha sido la mano, LA MANO. Qué queréis que os diga, a mí me puso más cachonda la proximidad de su codo que su mano, llamadme rara, pero me pareció mucho más físico, y si mucho me apuras, me permitió olerlo incluso.



Con eso no quiero decir que me ponga el señor, que no está nada mal, aunque tiene hobbies de rico que no me atraen nada. Es más que tuve la sensación de que estamos tan preocupados por lo que no podemos hacer, que igual ahora descubrimos otras cosas. A mí, sinceramente, tanto toqueteo y besuqueo tampoco me hacía falta, de hecho, soy conocida entre mi círculo de amistad por no dar casi nunca los dos besos reglamentarios, si es que me acabáis de ver, ¿hace falta? En resumen, estoy estupenda y me dijo que si me dolía más fuera a verlo, a mí ya me perdonará el buen hombre, pero si me duele voy a tomarme una pastillita, luego ya veremos si voy.

dimarts, 12 de maig del 2020

Martillo por martillo

Desde el día que entré en este piso he estado soportando las obras de los vecinos del ático, es como tenerlos dentro de casa, confinamiento incluido. Ha sido una tortura que estoy soportando estoicamente, aunque a día de hoy esté al límite de un ataque de nervios. Me imagino que habrán hecho un palacete y habrán construido una torre de Babel hacia el cielo, porque en mis 58 metros cuadrados no se pueden modificar tantas cosas. Da la sensación de que si no golpean de forma constante no trabajan, para mí que tienen una grabación y la ponen todas los días de buena mañana, porque los golpes son muy acompasados y rítmicos.

El caso es que tengo que arreglar toda la electricidad e insonorizar alguna pared, porque paso de la Comunidad, ya he tenido suficiente. Así que los constructores que vayan a venir tendrán que garantizarme una cierta cantidad de decibelios, como las motos Harley, que tienen el sonido patentado, porque o me hacen mucho ruido o mejor que se dediquen a otra cosa. En construcción, lo del ojo por ojo equivale a ruido por ruido.

diumenge, 10 de maig del 2020

Falsa magra

La cuarentena empieza a parecerse al nuevo fin de año. Muchos ya están redactando sus propósitos postconfinamiento, que van desde ver a todos los amigos posibles a hacer deporte como locos. Ya sabemos dónde suelen quedar esos propósitos, pero no voy a ser yo la que les robe los sueños.



Os voy a confesar que a mí todo esto me llevó a tal aburrimiento que he desarrollado la capacidad de realizar dos rutinas deportivas al día, eso sí, sin saltos, para no molestar al vecino y porque como nadie me mira el pie, no vaya a ser que me cargue yo solita toda la operación que me realizaron. Y el caso es que a día de hoy se me ha puesto el culo como el de las Kardashian, que a ellas les parecerá muy bonito, pero a mí me parece de culona gorda. Si es que me hago unas sentadillas que podría quedarme horas así, mirando la tele, sin llegar a sentarme. Creo que ha sido contraproducente, me gustaba más ser lo que en italiano se llama una falsa magra, o sea, que pareces delgada, pero pierdes cuando te quitas la ropa.

divendres, 8 de maig del 2020

La normalidad de la subnormalidad

No me da la gana de ser políticamente correcta, cuando el personal es un irresponsable. Ya hemos vuelto a la normalidad es la frase que más oigo desde el interior de mi casa, escribiendo al lado de la ventana. Me cuesta entender que nuestra sociedad no pueda comprender que el hecho de que esté permitido salir no significa que debamos hacerlo, parece que si no se nos prohíbe todo está permitido.
Hace poco escuché a Rosana (la cantante, no la vecina del cuarto) que decía: "Mientras no haya un país que se llame gilipollas, los habrá desperdigados por el mundo". Qué acertada que estuvo, pero no pensaba que hubiera tantos.


La normalidad de la subnormalidad, eso es lo que es. Subnormal, palabra que creo no haber usado en mi vida, a pesar de que en mi juventud era de uso habitual y no estaba mal vista, pero es que tal vez no era el contexto más acertado, y este sí. Siempre pensé que la naturaleza encontraría la forma de destruirnos, pero es que ni le hacemos falta, que ya nos bastamos nosotros solitos, y que conste que no suelo ser fatalista, será que este encierro me lleva a la desesperanza.

dimecres, 6 de maig del 2020

La vidente

Voy a vaticinar el futuro, más que nada porque me aburro y me he disfrazado de pitonisa para pasar el ratico, eso me pasa por seguir la desescalada al pie de la letra, que cuando yo pueda salir se habrá acabado el mundo, pero aquí estoy, vestida de gitana húngara.



Pues eso, aquí Nostradamus de ir por casa: en 8 meses aproximadamente vamos a tener una natalidad desaforada; en breve se van a dar varios divorcios alegando dificultades en la convivencia; en brevito se van a llenar las secciones de traumatología de peña que nunca había hecho deporte en su vida y ahora reciben las consecuencias (eso sí que va a saturar el sistema sanitario, déjate del Corona). Que no hay que ser muy clarividente para verlo venir.

dilluns, 4 de maig del 2020

Neón

Hace un par de días me levanté y al abrir la ventana me di cuenta de que ya se podía salir a hacer deporte, el paisaje se tiñó de fosforito (neón para los millenials). Yo es que esto de hacer ejercicio, y más en la calle, para que me vea sufrir todo el mundo, pues no lo estilo, y claro, no sé por qué del uso de esos colores: ¿Será para que no choquen con ellos? ¿Es un rollo como los animales, avisando de que hay peligro con colores llamativos? Como señal de alerta para los depredadores. O por el contrario, ¿es una trampa mortal de ligoteo? Estilo Mantis, que por su color atrae a los insectos para comérselos.



Es un poco el no te fíes de las apariencias, que tanto me decía mi madre, pero en la naturaleza. El caso es que yo no puedo con esos colores, ni siquiera como subrayadores, me molestan a la vista, y suelo usar unos lapiceros de colores más agradables como marcadores (los polychromos, para los curiosos). Además, con tanto fluorescente y riñonera, que me perdonen, pero ese look es muy de yonki de los 80, ahí lo dejo.




dissabte, 2 de maig del 2020

Disonancia cognitiva

Para mí, la ciencia, la mayoría de las veces, parece magia. Evidentemente, sé que no es así, no es que me haya vuelto loca, pero no puedo evitar que, cada vez que sale agua caliente del grifo, piense que algo que es eléctrico esté calentando el agua es como un oxímoron. Es decir, en mi mente, dentro de la caldera se calienta el agua y una vez la ha echado toda se queda vacía y tiene que volverla a calentar; pero estoy convencida de que no es así, sobre todo porque mis duchas gastan más agua de lo que cabe en ese termo, os lo puedo asegurar. Es que no hago más que pensar que es como si tirara la plancha enchufada dentro de una bañera llena de agua, y mi mente perversa me da calambrazos.



Es como cuando he salido a la calle en estos días, a la vuelta, por mucho que haya lejía por medio y me lave las manos mil veces, me pica la cabeza. ¿El motivo? Yo qué sé, tanto llamarlo el bicho... es como cuando alguien tiene piojos y me rasco el pelo sin cesar, totalmente psicológico, incoherente e ignorante. 
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