dijous, 31 d’agost del 2017

Back to School

La entrada de hoy tiene un contenido muy triste e incluso de autoayuda: mañana vuelvo al trabajo. Lo cierto es que lo que voy a decir va a herir gravemente la sensibilidad de algunas personas, y es que tengo unas ganas terribles de empezar. Tal como os conté, creo que una única vez, porque no suelo hablar aquí de mi profesión, soy profesora; y creo que lo hice porque había tenido un conflicto entre mis dos grandes amores y especialidades: la lengua y la educación especial. Hace un par de años renuncié a mi plaza, no porque no me encantara, fue más un desgaste físico y emocional, bastante relacionado con la forma que tiene de tratar este gobierno la educación especial y, por supuesto, con cómo llevaba el centro mi superiora (suena a monja, ¿no?). Fue una decisión difícil anímicamente, muy dura también económicamente, y que ahora, con perspectiva, me alegro de haber tomado. 


Pues bien, en el centro de secundaria donde durante este curso me he dedicado a pervertir mentes poco maduras con versos de Lope, Ruben Darío o Gabriela Mistral; me han contratado para volver a las trincheras, aunque a pequeña escala, en lo que normativamente se mal llama USEE (unidad de apoyo a la educación especial) y que se ha rebautizado como Aula de impulso, porque la semántica es muy importante. ¿Por qué he cambiado de opinión? Conozco el centro, mi equipo es el mejor del mundo y nos compenetramos muy bien, ¡y porque me va la marcha, marcha! Sé que en un par de meses estaré deseando matar a algún adolescente "soy rebelde porque sí", pero ahora mismo estoy animada, relajada y entusiasmada.

dimecres, 30 d’agost del 2017

Psicosis

El roncador hoy me ha hecho darme cuenta de algo preocupante. Estoy obsesionada con comprar tijeras, por lo menos tengo 30 tijeras repartidas por la casa, ya sean de podar, para la cocina o para papel. Y lo peor es que estoy convencida de que si veo otras estaré tentada de quedármelas. Me pasa lo mismo con los cuchillos, pero eso se ve que lo tengo más controlado, porque tengo los justos y necesarios.


Y el caso es que yo creo que las he utilizado todas alguna vez en mi vida... y lo peor es que siempre me han dado algo de miedo tanto tijeras como cuchillos, seguramente porque soy patosilla y ya he sufrido más de un accidente doméstico con esos utensilios en concreto... bueno, y con tenedores también, la verdad. Hace poco estuve tentada de comprarme un juego de cuchillos de cerámica, pero me eché para atrás, porque eso hubiese sido un genocidio de dedos, que me conozco y va a parecer una escena de Psicosis.

dimarts, 29 d’agost del 2017

Adictos que esperan

Hace unos días tuve que esperarme en una sala de espera por una prueba, cosas de rutina, nada grave. Como sabía que me pasaría como mínimo una hora allí me llevé todo el arsenal: libro, música, sudokus, botella de agua... en fin, que lo tenía todo para pasar el resto de mi vida allí, incluso unas galletitas. Ahí confirmé que lo mío es de psiquiátrico y que siempre voy preparada para el fin del mundo.



Y de repente me fijé en lo que hacía el resto de personas de la sala que, como yo, esperaban. Lo cierto es que pensé que hace unos diez años hubiera sido una escena perfecta para un thriller de miedo futurista: todos y cada uno de ellos tenía pegado en la mano el teléfono móvil, y la mayoría jugando a juegos estúpidos, no es que estuvieran resolviendo la ecuación que iba a salvar el mundo de la escasez de alimentos. El roncador dice que soy una exagerada, pero empieza a preocuparme que a nadie más le preocupe tanta adicción al móvil.

dilluns, 28 d’agost del 2017

Pececillos

Tengo dos pececillos desde hace muchísimos años, ayer calculé que como mínimo uno de ellos debe de tener unos 10 años, el otro sustituyó a mi pececillo amarillo. Se llamaba Zipi, y el rojo se llamaba Zape; pero desde que se murió Zipi que decidí no ponerles nombre, porque me afectó más de lo que debería, nunca pensé que un pescadito me afectara tanto. 


En ese momento, ya hace años, decidí sustituirlo por otro pez cometa, pero esta vez no lo elegí por su color ni su belleza, fue por su durabilidad. Me quedé con un pez feo, con manchas y que ahora mismo ha crecido tanto que parece una trucha (he llegado a pensar que me lo colaron). A su lado, Zape parece minúsculo y lo mira con carita asustada. Protagonizan persecuciones eternas y, si no fuera porque a veces les veo dándose besitos, me replantearía su coexistencia. Supongo que juegan, como mis lindos gatitos, que cuando no pelean estilo Karate kid, están besuqueándose y dándose abracitos.

diumenge, 27 d’agost del 2017

L de novata

Nadie habla de ello y no entiendo por qué... hace algo más de dos meses, por razones ajenas a mis intenciones personales y por cosas de la vida, tuve que apuntarme para sacarme el carné de conducir. Nunca lo he necesitado ni lo quiero, porque se ve que cuando apruebas el examen todas las leyes referidas al código de circulación se te olvidan y puedes conducir como un salvaje, además de que hay mucho mal educado conductor por el mundo. Bueno, pues eso, que me apunté y el mismo día del pago se pusieron de huelga los examinadores.



Sé que soy gafe y estoy acostumbrada, no se lo pido para mí, señores de la DGT firmen ya mismo un acuerdo con los examinadores, son buena gente (a ver si me toca uno que me lea) y merecen un sueldo digno... y piensen también en todos esos adolescentes que a sus dieciocho años se mueren por lanzarse a la carretera. Y eso me lleva a la industria del automóvil, porque si tenemos en cuenta todos los padres que pensaban regalarles a sus hijos un coche... pues eso, se nos va la economía a hacer gárgaras. Por no hablar de la cantidad de autoescuelas que se están yendo a pique, claro está. Y después de decir todo esto... ayer leí que parece que han pactado algo, ahora tendré que estudiar en serio porque ya no puedo culpar a la huelga de mi pereza y desidia hacia estudiar el contendio del código de circulación.

dissabte, 26 d’agost del 2017

Insensibilidad auditiva

Vale, ya está, me he hartado. No es que no me guste la música, es que no tengo por qué escuchar la que escuchas tú. Tener que aguantar que la gente esté en la calle escuchando algo a lo que llaman música, y a pesar de parecerme a mi abuelo lo diré, es ruido y palabrotas, sobre todo de lo segundo, podría considerarse un delito grave y penado con castigo de mi elección (tendría que meditarlo); pero ya no entro en los gustos musicales ajenos, cada uno en su casa que haga lo que quiera, y la palabra clave es CASA, no la calle ni ningún otro lugar público que pueda dañar mi sensibilidad musical. Aunque debo destacar que tengo algún vecino no diagnosticado de sordera y de imbecilidad que pone la radio a un volumen indiscriminado y al que no sé si gritarle (para que me oiga), romperle el aparato (la radio, digo) o ponerle a todo trapo Raphael, mientras canto desgañitándome.


Es más, hay un chico con un problema auditivo grave y con un ego enorme que frecuenta mi línea de cercanías, al que incluso ha habido gente que le ha dado dinero para que dejara de cantar. El pobrecillo le pone toda la pasión, incluso demasiada, y hay que reconocerle que no deja a nadie indiferente. Pues estoy por contratarle y que todas las noches le cante una serenata al vecino bajo su ventana; es más, que lo siga por todas partes, como si de un bardo se tratara. Todo por darle una oportunidad al chico y un castigo ejemplar al imbécil.

divendres, 25 d’agost del 2017

Turisteo

Esto de las vacaciones me tiene tan desconectada que he decidido explorar en mi propia tierra, he estado visitando museos y haciendo cosas de guiri. Además, como el roncador siempre se equivoca de línea de tren, he decidido que no le avisaré y a ver dónde nos lleva el destino. Teniendo en cuenta mi suerte ya me veo en un polígono industrial remoto, pero voy a darle una oportunidad al maldito azar.


No sé si ambientarme y ponerme sandalias con calcetines blancos, o va a ser pasarme un poco. En todo caso, con lo blanquita de piel que soy, un poco de pinta de guiri ya gasto.

dijous, 24 d’agost del 2017

Incívicos

No hay nada que me moleste más que la mala educación, y en el tren parece concentrarse toda. Pies encima de los asientos, y que no me digan que sus zapatos están impolutos, porque todos sabemos qué pisamos por la calle; gente que se descalza porque está más cómoda, aunque yo no pueda respirar por el hedor, porque tengo pituitaria; los asientos especiales están indicados con otro color y con rótulos, entonces, ¿por qué te sientas ahí?



Aunque el colmo es ir al cine, algo que solía disfrutar hasta que me dio esta intolerancia a la gente o hasta que me he dado cuenta del incivismo incipiente: lo mismo de lo anterior y se le añade el uso del móvil, que suena, hace luces y me ciega cada dos por tres. Si te llaman, siente vergüenza, ¡no contestes! He llegado a pensar que todos estos que no pueden vivir sin responder o enviar mensajes deben de trabajar en la NASA, salvan vidas y no pueden despreocuparse ni estar incomunicados como es mi caso.

dimecres, 23 d’agost del 2017

Los muy cafeteros

En mi casa, no es que seamos muy cafeteros, es que nos metemos por vena el café, y a poder ser por cubos o barreños, no por tazas. Además, he heredado por parte materna esa incansable manía de remover durante largo rato y haciendo el máximo de ruido mi café, probablemente porque suelo echarme unas 4 o 5 cucharadas (digamos que tomo mermelada de café).


En resumen, soy adicta al café y al azúcar, y si hurgo un poco más... vete a saber lo que sale en este post. De hecho, lo que más temo es que me quiten la cafeína, y el caso es que tomo a cualquier hora, incluso antes de ir a dormir, y a mí solo me quita el sueño los ronquidos de marido (y eso sí que no tiene remedio y está asumido).

dimarts, 22 d’agost del 2017

Radiofónico

Por nada del mundo me haría militar, soy más de dar órdenes que de seguirlas; pero entonces tengo que deletrear algo y no me salen las palabras... por ejemplo, mi nombre: S de samaritano, E de Einaudi (un compositor, cómo se me ocurre, si nadie le conoce) y la S, pues lo mismo que antes. Y luego me da risa cuando alguien dice: k de kilo, porque me da por escribir q de quilo y la lío siempre, y sé que es por llevar la contraria.



Total, que nadie me entiende cuando deletreo. En cambio, si tuviera un código claro como el alfabeto radiofónico de la marina o de la aviación. Bueno, en realidad igual no hace falta hacerme militar, con aprendérmelo ya bastaría, que lo he buscado ahora mismo por Santo Google y está enterito. Aunque no me imagino diciendo cosas como tango, alfa, november, bravo... porque seguidamente soltaría algo como corto y cierro.

dilluns, 21 d’agost del 2017

Thriller

Me he tragado tantas pelis y series de apocalipsis, que tengo claro que, ante cualquier catástrofe, estoy muerta. Solo espero que sea un apocalipsis zombi, como mínimo tendré tiempo de vagar indefinidamente comiéndome los cerebros ajenos... aunque debo decir que sospecho que ni eso, con lo gafe que soy, o me liquidan a la de cambio o me quedo encerrada en un lavabo a solas, porque eso es otra cosa que me preocupa, paso tanto tiempo allí que indiscutiblemente la cuestión me pilla con los pantalones bajados. Y con el miedito que me daba a mí de niña la canción de Michael Jackson, Thriller.


Y si el tema va de vampiros: por favor, señor o señora que me muerda, déjeme pasar por la esteticién, que luego tendré que pasarme toda la vida con las piernas peludas y mis mejores amigos serán hombres lobo a los que no les importe mi falta de depilación.

diumenge, 20 d’agost del 2017

Lost in translation

Hace unos días unos turistas me preguntaron por una calle. Sé que entre el roncador y yo nos explicamos bastante bien, en inglés y en francés, que somos unos cracks políglotas; pero me quedé con la sensación de que no les había quedado lo bastante claro... y 3 días después, sigo preocupada, me siento responsable de ellos. ¿Dónde andarán? ¿Lo encontrarían?


La próxima vez les doy un busca, mi teléfono, y les pongo un localizador para que no se me pierdan. Si hace falta abusaremos del conductismo y les daremos una descarga cada vez que el rastreador se dé cuenta de que están equivocando el recorrido. ¿Será demasiado drástico? Es que lo paso muy mal al no saber si han encontrado EL CAMINO CORRECTO.

dissabte, 19 d’agost del 2017

Instintos básicos

Esto solo me puede pasar a mí. Insisto en ir al gimnasio y desde que estoy haciendo deporte ya he engordado dos quilos, quiero pensar que es todo músculo, pero me doy cuenta de que no es cierto o es musculatura invisible en sitios absolutamente innecesarios, es decir, todo está concentrado en el culo, para qué me voy a engañar.



Debo de ser caso científico, si incluso he dejado de comer esas patatas que están tan ricas, esas de las que no quiero decir el nombre por lo de no hacer propaganda GRATIS, pero la bolsa es negra con letras doradas y meten droga en lugar de aceite, porque son lo más adictivo que nunca haya catado mi paladar. No voy a desistir, "juro que volveré a pasar hambre" y que mi cuerpo volverá a su tamaño original, me abstendré de helados y de crêpes sucrées, o bien desistiré en mi empeño y desataré mi apetito más mordaz ante la sección de chocolate del primer supermercado que pille.

divendres, 18 d’agost del 2017

dijous, 17 d’agost del 2017

Ladrón caritativo

Se ve que estoy en semana temática, porque después de la entrada de ayer me acordé de algo que nos pasó estando de vacaciones. Estando en el metro, un chico nos mostró una cartera y nos preguntó si reconocíamos la fotografía del documento de identidad, era del hombre que estaba sentado a mi lado. Al parecer, el ladrón se la había robado del bolsillo sin que el señor se percatara de ello, y antes de salir del vagón le había dado tiempo de sustraerle todo el dinero, con excepción de 10 euros, y tiró la billetera al suelo para que la encontrara. 


A mí me pareció sorprendente, no estoy habituada a ladrones tan detallistas, no solo no lo dejó sin un céntimo, además le devolvió toda su documentacion, porque me imagino lo engorroso que debe de ser que te suceda eso en un país extranjero. Sí, ya sé, le robaron y no lo disculpo, pero lo cierto es que dentro de lo malo... Por cierto, el señor ni se inmutó, para mí que le deben de robar a menudo, su esposa puso cara de "otra vez" y tan tranquilos; si me hubiera pasado a mí, fijo que hago parar el tren e interrogo a todos uno por uno.

dimecres, 16 d’agost del 2017

Fort Knox

Este verano han vuelto a entrar en casa de mis padres, ya es la segunda vez. En la primera utilizaron la fácil accesibilidad al piso para robar en casa de los vecinos: a mis padres no les robaron nada, lo revolvieron y rompieron absolutamente todo, incluso se bebieron un par de bebidas enlatadas -aunque la científica no halló a los culpables, a pesar de tener su ADN; sí, ya sé que he visto muchas pelis y esto es España...


Al igual que la otra vez, han robado en ambas casas y a mis padres les han dejado su pertenencias intactas. O bien los vecinos tienen una mina de oro en su casa o estamos en todas las listas vacacionales de los ladrones de pisos. En todo caso, mi padre ha encargado un cartelito de latón para la puerta de entrada, en el que dice: "Siga buscando, en esta casa ya han entrado dos veces".
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