A ver, para la edad que tengo, aparento mucho menos y tengo medio engañado a todo el mundo; pero bueno, en realidad, es evidente que con mucha suerte me quedan unos 40 años buenos (he dicho con mucha suerte y teniendo en cuenta que seré una octogenaria molona), así que habrá que empezar a pensar en un buen epitafio para mi lápida.
Todo ello puede ser debido, también y no solo a mis paranoias internas, al hecho de que mi cuñado sea un ceniza y de que mi padre se haya empeñado en poner el nicho a mi nombre.
Me debato entre un simple vivió y murió entre esta fecha y otra; o bien meter uno de esos rollos que harán que multitud de gente deje de leer libros para acercarse a leer mi lápida (mejor me procuro un holograma, porque tampoco es tan grande el nicho). Se aceptan ideas, yo seguiré con estos pensamientos oscuros (aunque ya sabéis que soy dispersa).
Pues entre lo poco que lee la gente últimamente y que cada vez se va menos al cementerio, a mi que me incineren y me echen por ahí, que es lo más práctico ;)
ResponEliminaBESOS!
Ya no te vayas, te hago un hueco. Ese es el que se me ha ocurrido, no había pensado nunca en crear un epitafio. Yo doy el cuerpo a la ciencia y con lo que sobre que hagan caramelos que soy muy dulce. Un abrazo
ResponEliminaYo siempre he dicho que tendré un epitafio cachondo. Nada de sensiblerías ni para morirse. Besotes!!!
ResponEliminayo ni nicho ni nada por el estilo. Mi cuerpo a la ciencia y que hagan lo que quieran con él (si pueden aprovechar algún órgano mejor)
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