dijous, 20 d’agost del 2020

Doblando mi vida

Mis habitaciones no son lo suficientemente grandes como para tener armario y cama en la misma habitación, sobre todo porque mi cama es de dos por dos, claro está. Así que me las he inventado todas para poder tener la ropa tan a mano como sea posible, y para ello tuve la brillante idea de ver el programa de Marie Kondo, una señora de admirar, que ha convertido su TOC en una fuente de ingresos, en su profesión. A mí que me agobia el mero hecho de pensar que tengo que reorganizar mi vida, y todavía tengo cosas en casa del roncador. ¿Alguien en la sala lo ha visto? 


En cada episodio, los dueños desordenados y caóticos a los que va a reeducar esa buena mujer acaban llorando a moco tendido por tener que tirar ropa que ni usan ni ya les viene bien, no sé si estos estadounidenses lloran por todo o es pura pose, si es que hay unos que tienen contratada a una persona que les hace la colada (no una persona que les arregla la casa, la que les pone la lavadora, que se ve que es muy estresante). Estoy esperando que en algun capítulo le hagan un funeral a la camiseta que llevaban cuando se conocieron, es exageradísimo.

11 comentaris:

  1. Estos programas exageran todo pero tiene su gracia. Un beso

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  2. Es pura pose. Estoy seguro. Un colega mío llegó a la final de un reality infecto llamado El bus, en Antena 3. Fuimos unos cuantos al plató a ver el programa. La productora pagaba los desplazamientos de ida y vuelta. Total, durante uno de los intermedios (el primero de muchos), Liborio García (co-presentador) se dejó unos papeles en las inmediaciones de los lavabos y se los choricemos. En esos papeles ya figuraba quién ganaba la final y quién quedaba en segundo y tercer lugar. También se reflejaba de qué modo había que recibirlos según aparecieran los concursante. Y el programa solo hacía 15 minutos que había empezado. Total: todo amañado, todo preparado. Nada es real en esos putos programas. Esos concursantes que citas lloraban, sí, pero es que seguro que estaba en el guión que les dieron.

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  3. Ni Marikondo ni hostias! Cuando hay un buen fondo de armario...

    ;)

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  4. No lo he visto ni creo que lo vea, solo de pensarlo me pongo nerviosa.
    Un besito.

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  5. Yo sí que he visto algún capítulo, y reconozco que algunos de sus consejos los he adaptado para mi casa, pero nada más.

    Besos.

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  6. No regalar lo que no se usa (como mínimo) a la gente que la puede necesitar es horrible. ¿O en el norte no existe la gente pobre? Vamos. Saludos

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  7. No lo he visto, no es para mí. Yo he intentado ser más minimalista pero al final es imposible. A ver, este año me he puesto en plan y he donado mucho, sin llorar ni dramatizar pero tengo muchas cosas y quiero conservar una gran parte.
    Lo que hacemos desde hace unos años y es un descubrimiento es el modo de doblar y colocar las camisetas. Ahora cuando abro los cajones las veo todas y elijo, antes solo cogía las de arriba, jejejeje.
    Feliz finde.

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  8. Me pillas un poco "outside" porque cuando algo me huele a "cultura" hipocrityanquee salgo corriendo. Lo de la cama de 2x2, el invento del siglo... y aún así, mi roncadora me invade.

    Bss

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  9. Yo ni loca llamo a Marie Kondo. Soy de las que guarda de todo y me entristezco si tengo que desprenderme de algo, aunque ya no lo use. Eso sí, pongo la lavadora.

    Besos

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  10. Yo no ordeno mi armario porque como sé que el orden me va a durar dos días, como mucho...
    Salu2.

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