Todo el mundo ha oído hablar de la pirámide de las necesidades de Maslow, en las que tenemos una serie de necesidades básicas que cubrir, como es comer; y, a medida que las resolvemos, tenemos necesidades nuevas. Esta teoría está muy relacionada con la motivación y la uso a menudo para plantearme la vida (sobre todo lo de comer).
Cada vez que tengo que tomar una nueva decisión me planteo si realmente cubre mis necesidades (aunque no sean básicas, claro está): cambio de trabajo, la pareja, si me compro un bolso o no, volver a la universidad...
Todo se reduce a decisiones. Hace unos días me contaban una anécdota de un atleta olímpico al que le preguntaron a qué había tenido que renunciar para ganar la medalla de oro... respondió que a nada, porque es lo que él había decidido; si no hubiera llegado hasta ahí sí que habría renunciado a lo que más le gustaba. Todo un genio. ¿No os hace plantearos muchas cosas?
no sé, a mí cuando algo desde el principio me lo plantean como que te va a obligar a renunciar a muchas cosas... por ejemplo, unas oposiciones. ese discurso de sacrificio de varios años para después tener la tierra prometida, conmigo no cala.
ResponEliminaY ese atleta tiene toda la razón... si haces lo que realmente quieres, no estás renunciando a nada, al contrario, estás cumpliendo tus sueños :)
ResponEliminaDepende de cómo lo veas, claro está. Hay veces en que tienes varios sueños entre los que elegir y es cuestión de prioridades. Al final terminas sacrificando una cosa en pro de otra. Un besote!!!
ResponEliminaCuestión de prioridades, eso está claro.
ResponEliminaUn besazo!