dimecres, 1 d’abril del 2020

La revolución de los escargot

Advertencia: mo recomendable para ser leído mientras comes.
Ahora que en estos días estoy comiendo lo que hay, no lo que me apetece, me ha dado por pensar en comidas que, en esta vida, he tenido que ingerir y que me dieron mucho asco. Lo que más, una vez que me invitaron a angulas y me comí por puro compromiso y educación, pero me pasé días pensando en su viscosidad y en su presencia dentro de mi estómago. No soy demasiado escrupulosa, de hecho, suelo pensar que no me importaría comer insectos, incluso creo que los escarabajos deben de tener su punto bien crujientitos.



Otra cosa que me da coraje son los caracoles, pero seguramente es debido a que en mis tiempos mozos trabajé en una frutería y allí los vendíamos: cada vez que tenía que vender una bolsa me daba un ascazo terrible meter la mano, ahí purgando durante días, que olía eso terriblemente mal... hasta que un día se escaparon e hicieron el agosto con todo lo que pillaron. Fue el día de la liberación de los escargot.

7 comentaris:

  1. Otras, que risa, Mona Lisa xD Entrar en la frutería temprano y los caracoles, que han conquistado la verdura jajajajajaja

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  2. A mi me dan cosica también la verdad.
    Un besazo!

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  3. ¡Uf, a mi también me dan un poco de asco los caracoles!No los como. Ciertamente hay comidas que dan una cosa...
    Besos

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  4. Pues confieso que los caracoles me gustan, pero eso que dices de los escarabajos..., lo dejo pasar... jajaja, aunque gustándome los caracoles, no debe haber mucha diferencia.

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  5. Pues a mí me encantan los caracoles, mi madre los cocina de muerte.

    Besos.

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