Esto de las nuevas tecnologías en el móvil nos ha trastornado la vida y la inteligencia. Antes la jornada laboral empezaba cuando cruzabas la puerta del trabajo, ahora estás leyendo mails, mensajes o lo que sea en el tren, el bus y donde se tercie. Reivindico el móvil como explotación laboral.
He de reconocer que yo soy más de utilizar el teléfono para lo justo y necesario, o sea, concretar lugar y hora para quedar, porque prefiero comunicarme cara a cara, aunque reconozco que es genial para las grandes distancias. Y que conste que hablo del fijo, porque esto de que mi madre me tenga localizable las 24 horas del día me acaba estresando un poco, dónde queda el misterio y el quién sabe dónde...
De todos modos, lo peor es que alguien que tienes a menos de 2 metros te mande un WhatsApp para cualquier cosa... sobre todo en temas de trabajo... oye, ven y dime lo que sea, no acepto instrucciones vía mensaje de móvil y mucho menos a las 5 de la madrugada (práctica habitual en ciertos centros de trabajo, y lo digo en serio, no es que me lo hayan hecho, noooo).
Y dentro de todo ese universo, lo peor son los grupos de whatsapp: una no para de ser madre en el trabajo (suenan mensajes del grupo "madres"), trabajadora en el tiempo de relax (mensajes de "compañeros"), vecina estando en las Maldivas (mensajes de "comunidad")....
ResponElimina¿Sabéis que existe la opción de bloquear a quien te toque las narices, verdad?
ResponEliminaLo dicho.
Besos!
Opino como Gadi, lo peor los grupos! Que estrés!
ResponEliminaBesos
Yo no tengo whatsapp y, cuando estoy en el trabajo, los datos los dejo desconectados para que la gente no me vuelva loca... Un besote!!!
ResponEliminaen un trabajo de consultoría que tuve, te llamaban a tu móvil personal para cosas relacionadas con el trabajo... muy agobiante, sí.
ResponEliminaLlevas toda la razón.
ResponElimina