Pero el otro día estaba esperando a que el autobús saliera de inicio y el autobusero tenía una conversación muy animada con otro compañero. Lo importante no es que se retrasara (que también), es que el compañero, que llevaba el uniforme completo de empresa (ya me gustaría a mí que me dieran la ropa y el uniforme), incluso la bolsa de deporte, lo que me lleva a plantearme para qué un conductor de autobuses lleva en su uniforme el complemento de bolsa de deporte, ni que lo promocionara El Corte Inglés... bueno, centrándome, que hasta ahora parecen dos ideas inconexas, muy propio de mí: en la bolsa, que era algo translúcida, parpadeaba una lucecita roja y a mí me entró el pánico.
Evidentemente, no me bajé del autobús, prefiero volar por los aires que perder el 67, pasa cada media hora y ya iba tarde; ni siquiera alerté a mis compañeros de viaje, para qué, si vas a morir levantas la cabeza bien alta y punto pelota, no hace falta asustar al prójimo... el caso es que me alegré cuando el chico bajó del autobús. Eso es por culpa de mi amiga, seguro que era el walkie o cualquier chorrada.
Yo soy de las tuyas, si ha de ser, será y vete tú a saber cómo...mejor no darle vueltas que se pone uno paranoico.
ResponEliminaBESOS!
Tengo una amiga que también está obsesionada con el terrorismo. A mí me da más miedo que me roben. Cada cual con sus cosas. Un besote!!!
ResponEliminaHola. nuncapienso en ese tipo de siniestros pero una vez coincidí en un tren con un chico que sacó un cuchillo afilado y yo estaba deseando que se bajara por si empezaba a matar... qué mal trago me hizo pasar. Seguimos en contacto
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