A pesar de ello, anhelo sentir esa sensación de bienestar, sonreír cuando alguien te dice algo bonito, el cortejo y el apoyo de otra persona, que está ahí, incondicional. Las miradas, el tonteo y la belleza de un roce o de un gesto. Supongo que es la resaca de San Valentín. Así que, a veces, me pongo a soñar despierta.
Hay un chico en el bus, probablemente demasiado joven para mí (sin exagerar, que tampoco soy una enferma, hablo de unos 12 años de diferencia, no hay para tanto). Es tan mono, y lee a Schopenhauer, es una alma desdichada (calla, que igual sí que es muy joven y le falta algo de sentido del humor).
jajaja Lo de Schopenhauer es para pensarlo más que los 12 años jajaja BESOS!!
ResponEliminaLas apariencias pueden engañar...prueba! Bon dia!
ResponEliminaOye, la ilusión nunca se pierde... animate!!!
ResponEliminaBesos.
A lo mejor te sorprende, leyendo a Schopenhauer no me extrañaría...jeje.
ResponEliminaYa me imagino: estudiante de filo, listo y pensando cada noche en esa chica del autobús
ResponEliminaAhora me he quedado con la intriga...vas a atacar??
ResponEliminaMoaggssf
Creo que me lee, porque no lo he vuelto a ver en el bus, ja, ja. Lo tengo acojonado. Voy a dejar que crezca un poco (un mes o dos, ja, ja).
Eliminadéjale que crezca y aprecie lo que es pasar de vivir martirizándose a disfrutar de la vida :)
ResponEliminaNunca se sabe,,, nunca se sabe ;)
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