Luz por arte de magia

A ver, que no he empezado con mucho optimismo, pero suele pasarme. Subida de la luz al canto, a pesar de que hace dos días Facua propusiera un apagón energético y que, al parecer, funcionó. A mí el jefe no me dejó apagar el ordenador ni la luz, aunque como trabajamos bajo esa bonita luz de fluorescentes y el mito urbano siempre ha dicho que gasta más apagar y encender que nada... 

Aunque tiene guasa, porque con tanta luz navideña la factura va a subir lo innombrable y, si esto es cierto, estas luces parpadeantes que seguro que generan a más de uno un ataque epiléptico, deben de salir carísimas. Este 2014 tendremos que aprender a hacer magia, está claro, ¿cómo era eso? Creo que Harry Potter decía algo así como ¡Lumos!, pero me da a mí que es pura ficción.

A eso se le suma el encarecimiento del billete del transporte público y de las autopistas. Hasta el momento, que sepamos, porque fijo que algo más sube. Así, ¿cómo vamos a empezar optimistas y con buen pie? Si solo han pasado dos días y yo ya tengo ganas de pegarle a alguien, preferentemente rico, adinerado y con tendencias políticas muy activas (¿se entiende?).