Ya casi, ya llegan...

Ahora que se acerca el gran día, o sea, los Reyes Magos de Oriente, quiero expresar una inquietud que tengo desde pequeña. ¿A quién se le ocurriría que Baltasar siempre fuera con la cara pintada de negro? Porque a mí no me entra en la cabeza que fuera al revés, que a otro rey le pintaran la cara de blanco. ¿A alguien más le ha perturbado su infancia este hecho tan indómito? A mí ya me parecía rarito que llevaran incienso y mirra, porque la mezcla odorífera tiene que dejar medio muerto.

El otro día me contaba un compañero que de pequeño el rey que iba en la carroza llegó tarde (estos reyes) y tiene una fotografía en la que mira sorprendido a Baltasar, con la duda de si se parece demasiado a su padre o qué ocurre. No me digáis que eso no tiene que crear un trauma enorme. Otro compañero también nos contó que en su pueblo pintan al rey negro (¡pero si ya es negro!) con tapones de cava que, previamente, han quemado; a mí me parece un arduo trabajo.

Bueno, tranquilos queridos reyes, que esto se termina y no tendréis que leer más cartas ni deseos de niños y no tan chicos. Que este trabajo vuestro no es que tenga mucha demanda durante el año, pero en un par de meses os ganáis el sueldo de sobras, tendrían que ponerlo en trabajos estresantes, sobre todo porque los críos, cuando no tienen lo que pedían, pueden ser bastante terribles (fijo que los tienen amenazados de muerte o algo parecido, por eso se esconden el resto de días del año, que no les vemos el pelo).