¡Feliz día de Navidad! Nosotros hacemos Reyes, así que no tengo ninguna novedad que contaros, además de que ayer comimos muchísimo (demasiado, y la dietista me va a plantificar la báscula en la cabeza) y de que el Tió cagó muchas neulas y turrón. Pero me he levantado con una extraña conciencia cívica fundamentada en algo que se está poniendo de moda: regalar cosas usadas. A ver, también se le puede llamar vintage, pero eso es como la diferencia entre viejo y antiguo, que la línea flaquea. Lo cierto es que a veces igual me hubiera gustado más eso que otra cosa, porque en el fondo, puede ser gracioso: juguetes antiguos, de esos tan bonitos que ya no se hacen; muebles de decoración que tienen una historia y han sido maqueados y puestos en circulación... no sé, darle una segunda vida a las cosas.
Hace poco leí que una mujer llevaba dos años viviendo sin plástico ni residuos. Me pareció absolutamente imposible, de hecho, me he hecho fan de su blog, aunque no creo que sea capaz. ¿Os habéis fijado en que todo viene envueltísimo? Si yo ya prescindo de bolsas, recibos de compra o cosas por el estilo, pero lo suyo es loable (y caro, porque la chica no compra barato, había que decirlo, que esto de vivir sin contaminar es más para los ricos, pero bueno, intento poner mi granito).
Aquí también tenemos algo por el estilo con la web Sinplástico, aunque si os soy sincera, los precios no son nada baratos, que yo soy de conservas y mis tarros de cristal valían como la mitad (también es cierto que soy la niña de las ofertas). La cuestión es que tendrían que cambiar mucho las políticas y seguro que es difícil por temas de sanidad, pero echo muchísimo de menos la compra a granel, primero porque no somos 50, así que los paquetes de mil unidades se me van a estropear, y segundo porque el uso de plástico es muchísimo menor. Luego, como alternativa, me gusta el rollito del intercambio, y eso es lo que he estado haciendo últimamente con la ropa que ya no me cabía en mi cuerpo serrano. Bueno, os deseo un feliz día, nosotros nos vamos a casa la suegra que nos ha prometido una clase de hacer roscas, estoy entusiasmada con la idea (y luego, otra vez a comer).
Feliz Navidad guapa!! Hace meses que descubrí esos blogs que fomentan el hiper-mega-reciclaje y reconozco que yo tampoco sería capaz de hacerlo... :P
ResponEliminaTampoco hemos hecho Papá Noël, así que toca esperar a Enero, sólo que en mi caso, los regalos serán los típicos: calcetines, colonias, bragas... xD xD xD
Besos
El intercambio es otra forma de regalar. Si las cosas están en buen estado, lo que a ti te supone un agobio, a otro le da una solución. Aparte de las risas que te echas cuando compartes de esta forma.
ResponEliminaBesotes y Bon Nadal!
Felices fiestas!!
ResponEliminayo intento reciclar todo lo que puedo y en cuento a la ropa y calzado que no uso, lo voy metiendo en una bolsa y cuando está llena la entrego en alguna iniciativa solidaria (como la botiga buida)
Muchas veces para eso, que lo ecológico, lo sin sufrimiento, lo tal y lo cual cuesta un ojo de la cara.
ResponEliminaBesos
32+5
Espero que hayas pasado un día fantástico. Me gusta mucho la idea de regalar cosas de segunda mano, más bien en el sentido de intercambio: ya sabes que lo hago a menudo :)
ResponEliminaBESOS!
Estamos tan acostumbrados a los cómodo (envasado, lavado y listo para usar) que vivir sin plásticos ahora mismo lo veo casi casi imposible!! Aunque me parece una magnífica idea, porque nos estamos cargando el planeta a pasos agigantados. Yo por ahora me conformo con reciclar y reutilizar todo lo que cae en mis manos....
ResponEliminaBesos
El reciclado y lo ecológico es para ricos: a nosotros de momento nos toca consumir plástico aunque no queramos... jis!
ResponElimina(Le puedes decir a la dietista que aunque comes, lo pasas fatal... a ver si sirve de algo!)
Felices fiestas!!