Además, ir de juerga suele ir asociado al alcohol y, si bien una copita de vino de vez en cuando me gusta, no tolero beber, tengo claro que el alcohol me sienta mal, pero no del estilo ir pasada de vueltas, es más una mala leche general que nadie es capaz de soportar. En resumen, beber me pone de mal humor.
Así que la mayoría de mis amigos y a se aseguran de no verme con una copa en la mano, porque saben que se va a estropear la noche. De jovencita, solían pedirme pastillas en las discotecas, no por la pinta que llevaba, más bien porque siempre iba con un botellín de agua en la mano. Todo un número.
De jovencita bebía algo, pero nunca mucho por que no he sabido tolerarlo nunca; ahora no bebo, directamente, y no por que me ponga de mal humor, simplemente por que no me sienta bien :P
ResponEliminaBss
Tunneando Blogger: Rediseña tu blog!
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Jajajaj, yo... También soy de agua. Aunque una copita de vez en cuando, con las amigas no se perdona. Pero claro... Hace ya tanto tiempo!
ResponEliminaPues mira, casi mejor así, te evitas pasarte de vueltas
ResponEliminaYo no bebo nunca! besos
ResponEliminaPues precisamente ayer no me pasé por aquí porque estuvimos de fiesta. Y a mi, siempre y cuando no sea una exageración, no me cae mal de vez en cuando unas copichuelas ;)
ResponEliminaBESOS!
Uy, a mí dormir poco me da unas jaquecas horribles, así que no sabes cuánto te entiendo... Y beber me sienta fatal, en cuanto me tomo una copa llevo una cara cadavérica...
ResponEliminaYo cada vez lo teolero menos.. no esa noche (que lo doy todo!) sino al día siguiente...soy un auténtico trapo. Y cada vez me pasa con más facilidad....ayyyyy la edad...
ResponEliminaBesossss!!!!
jajaja... ayyy la de la botellita de agua! yo soy de cerveza, pero tampoco muchas!
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