El roncador se pasaría el día cantando, es así de animado y alegre, y al pobre ya lo tengo algo reprimidillo porque a mí me pone de los nervios... que nos perdemos, él canta; que se pincha una rueda, cancioncilla... supongo que es su forma de calmar los nervios, pero a mí me saca de quicio.
Me recuerda una vez, al principio de vivir en Firenze, que nos fuimos a la montaña con un montón de italianos y, de repente, nos perdimos, yo sola con 15 personas que no hablaban mi lengua, yo solo chapurreaba la suya por ese entonces, en pleno Apuani Alpi, y se pusieron todos a cantar para calmar los nervios. Me sentí como si hubiera entrado en una secta muy rara, a mí que los Boy scout me enseñaron a subir a la cima si no era muy alta para reubicarme, que soy sensata y que busco soluciones lógicas, y se me ponen a cantar. Creo que pasé más miedo por ellos que por la situación de habernos perdido.
Jajajaja Lo que no te pase a ti! En esto, coincido más con el roncador: soy muy cantarina (pudiendo llegar a la pesadez, admitido queda jajaja).
ResponEliminaUn besazo!
A mi no me calma nada los nervios!
ResponEliminajaja
Besos
yo me pondría nervioso de oírme a mí mismo lo mal que canto. pero tú inténtalo, ses, quizá tengas buena voz. ;)
ResponEliminaJajajajajaj me imaginé todos los italianos cantando y me hizo gracia jajajajajajaj
ResponEliminaA mí me gusta mucho cantar, y de vez en cuando me sale alguna cancioncilla o tarareo si estoy haciendo alguna cosa xDD
Un beso!!
La verdad que la situacion de todos cantando debio ser super comica!!besos
ResponEliminaYo también canturreo todo el tiempo. Si por mí fuera, viviría dentro de un musical. Jajajaja. Besotes!!!!
ResponEliminaQué situación !!! me sucede lo mismo que a tí, no me calma los nervios lo opuesto, besitos
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