Tal como ya os he contado otras veces, el pueblo en el que vivimos es bastante tranquilo, sobre todo en la zona que estamos, solamente perturba el silencio las campanas de la iglesia y lo cierto es que, cuando te acostumbras, llegan a hacerte mucha compañía y está genial saber siempre la hora que es.
A pesar de ello, hay ciertas horas en las que te apetece matar al campanero (si lo hubiera, sigo sosteniendo que es una grabación). Sobre todo, en la misa de 8, porque la de las 12 y la de las 20 horas, casi que ni te enteras, pero ahora que estamos de vacaciones, las 8 de la mañana me parece la peor hora para que nadie vaya a misa, ¡no son horas de rezar!
O, para el que quiera, que le pongan la sordina a la campana, a ver si a los feligreses no les queda clara la hora, ¡si cada día es la misma! Habrá que hablar con el encargado... ¿será el párroco?
Aquí en Fuenlli, lograron quitar las campanadas a lo largo de la noche, que eso es muy de agradecer.
ResponEliminaen un pueblo perdido del interior de cantabria, el cura sólo podía ir algunos domingos porque sólo había uno para toda la comarca, y cuando no podía ir él iban unas monjas...
ResponEliminaCon la iglesia hemos topado. Con lo que me quiero yo a las sectas, me dan cada día el coñazo a las 8 de la mañana y me lío a tiros
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