Mi adorado marido ha tenido la delicadeza de estar fuera unos días (por motivos familiares). Debo destacar que es un alivio no tener que dormir con tapones todas las noches, pero no lo cambio por los arrumacos de recién casados que nos gastamos.
En fin, me dejó a cargo de sus pececitos (como si no tuviera yo bastante con cuidar de los míos). Me entró el estrés, porque los míos están acostumbrados a que yo sea algo despistada, pero los suyos tienen unos horarios muy delimitados y son verdaderamente exigentes. De hecho, creo que aprovechando que no estaba el roncador, han mantenido relaciones amorosas (todo el día de un lado para otro, un cortejo muy activo).
En resumen, estoy casi convencida de que una de las hembras está embarazada, pero igual es un macho que está gordo, ya sabéis que no se me da muy bien esto de ser observadora y lo del sexo de los peces se me suele escapar (o también hablaríamos de género, porque igual también tienen tendencias sexuales... de hecho, me contaron que deciden el sexo según les convenga, son lo más estos pececillos).
Qué puñeteros estos bichejos, aprovechan que no está el roncador para achucharte a ti y se ponen a dar envidia con cortejos varios! jajaja
ResponElimina(Lo de saber el sexo de cada uno, es que en especies no mamíferas es todo un mundo!).
BESOS!
Mira que dejarte sola sujetando la vela a los peces...si es que no hay derecho
ResponEliminadicen que los peces tienen poca memoria, de ahí viene la expresión 'memoria de pez'. a veces no estaría mal, viviríamos más felices. ;)
ResponEliminaPaciencia y cuídalos no te vaya a pasar lo que me pasó a mí con un canario.
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