Todos nos parecemos a nuestros padres, aunque no queramos y deseemos que no ocurra así, es ley de vida, un día u otro te das cuenta de que te pareces a ellos de una forma inquietante.
Cualquier día me levanto y me he convertido en mi madre (oh, no, horror), aunque según el roncador, cuando nos tiene juntas, siempre suelta lo de tal palo tal astilla.
Cualquier día me levanto y me he convertido en mi madre (oh, no, horror), aunque según el roncador, cuando nos tiene juntas, siempre suelta lo de tal palo tal astilla.
Amb el pas dels anys t'adonaras que no es tant horrible .
ResponEliminajo tampoc volia tenir res a veure amb la meva mare pero al fial amb la maduresa que dona l'edad veus que no esta tant malament
roser
Amb el pas dels anys t'adonaras que no es tant horrible .
ResponEliminajo tampoc volia tenir res a veure amb la meva mare pero al fial amb la maduresa que dona l'edad veus que no esta tant malament
roser
sí, cuando eres niño y adolescente no te pareces mucho, pero a medida que te haces mayor se va produciendo la metamorfosis... ;)
ResponEliminafeliz domingo!
Y encima cuando eres madre, inconsciente y malvadamente te pones a repetir esos comportamientos que tanto te jorobaban en tu propia progenitora...qué puñetero es el karma!! jajaja
ResponEliminaBESOS!
Honra se merece quien a los suyos se parece ;)
ResponEliminaBesos!
El de los tiestos no lo había escuchado pero está claro también... ¡me gusta! Mi abuela extremeña decía de padres gatos, hijos mininos... no sé de dónde se lo sacó... jis!
ResponEliminaBesotes!