Hace unos días me levanté porque ni con tapones conseguía dormir, el roncador está en su auge decibélico de ronquidos. Intenté dormir en el sofá del comedor, pero a pesar de la distancia, seguía oyéndolo, así que me fui al patio, total, hay gente que duerme en tiendas de campaña, como mínimo ahí es de mi propiedad, ¿no?
Bien, pues ni así, seguía oyéndolo. Aproveché para podar las plantas y hacer un riego nocturno... hasta que se levantó mi amado (aunque a veces le arree coces mientras duerme, a ver si calla). No podía dormir sin mí... ¿no os parece megaromántico a pesar de ser el culpable de mi insomnio?
Me preguntó si no podía dormir por sus ronquidos (sospecho que se despertó por ese motivo, no por mi ausencia, se lo perdono) y no puede mentir, le conté que se le oía desde el patio y dijo: "por eso no nos entran a robar, piensan que hay un ejército de roncadores". Me pareció muy tierno, pero debo de reconocer que, además del hecho de estar casi arruinados, ese factor también puede se decisivo.
jajaja A ver si te pasa como a mi y te acostumbras a los de Manolo. Cuando las niñas eran bebés me maravillaba que tampoco las despertase...pero claro, se debían haber acostumbrado ya en mi útero!
ResponEliminaUn besazo!!
Esos ronquidos son la banda musical de tu matrimonio, deberías concederle un Oscar a su compositor.
ResponEliminaSaltos y brincos
hay una página de 13 rue del percebe en la que se ve al moroso del ático durmiendo junto a un micrófono, de manera que sus ronquidos se amplían y parecen los de un gigante, disuadiendo a los acreedores. :D
ResponEliminaJajajaja. Cierta o no, la frase es de lo más tierna... Lo tuyo es amor del bueno. Besotes!!!!
ResponEliminaSe preocupa, eso está claro... Es amor. Ahora, el remedio es difícil, tal vez tapones te ayuden un poquito...
ResponEliminaBesotes!