Dormir pegados es dormir

Estoy como loca. He vuelto a caer en la lectura insustancial y lo peor es que me he quedado muy preocupada. La forma en la que duermes con tu partner parece ser decisiva para tu futuro parejil. Ya la hemos liado, ¿habrán tenido en cuenta que nuestra cama hace 2x2? porque no es lo mismo dormir en una de metro y medio que, irremediablemente, tienes que apretujarte, que dormir en la mía, en la que a veces me descubro medio cruzada.

Según el artículo, dormir espalda contra espalda es una señal de distanciamiento, hay que dormir cara a cara, lo que indica comodidad en la relación... Ya, además de aguantar el aliento mutuo (no nos engañemos, no siempre olemos a rosas), se lo pongo a huevo para roncarme en toda la jeta, cuando habitualmente lo aparto a patadas porque no me deja dormir con la intensidad del ronquido.

Acurrucados es la mejor opción, en posición cucharilla, que es mi favorita porque cuando hace frío duermo bien calentita; pero en verano: ¡aléjate de mí, estufa andante! Así que me quedo con la última postura, en la que un pie o la mano siempre están en contacto, porque ya me paso el resto del día con él, tampoco hace falta abusar de la cercanía.