Protesta descafeinada

Llevo unos días en los que parece que tenga vetado el café, porque o bien no encuentro ningún bar (ya sé que parece difícil en España) o bien lo que me dan es café diarrea, mundialmente conocido por todos, de esos brevajes ideales para cuando tienes dificultades para ir al baño, que se quite el Activia, esto es infalible, aunque nada agradable al paladar.

Esto en Italia no pasa, estoy convencida de que pueden decapitarte, de forma legal, por mucho menos. Sobre todo, tendría que estar penalizado la reutilización de las cargas, que una es muy ecológica cuando se pone, pero con el poso del café no se juega. Por mucho menos pueden deportarte, estoy segura de ello. A menudo me he visto obligada a echarle tanto azúcar, canela, miel o los aderezos que se me ocurren para matarle el sabor, y encima con buena cara, que parece que sea malo decirle al restaurador: oye, esto está malo del cagar, literal.

A veces parece que aquí no se valore un buen café, de esos en los que los problemas se esfuman y sientes que merecería la pena vivir en Colombia... si no fuera por otras cosas, claro está... no ese sabor a requemado que te estropea un buen ágape.