Llevo toda la mañana esperando a un mensajero. Creo que nunca he esperado tanto a un hombre como al de MRW. Ya somos íntimos. He llegado a pensar que me ha puesto una cámara y siempre que entro en la ducha llama a mi timbre, porque no falla, en cuanto tengo toda la cabellera bien enjabonada, suena su inconfundible llamada. Me ha visto más veces semidesnuda que nadie.
Es un encanto de chico, aunque no tiene un horario demasiado claro, puede venir cuando menos te lo esperes. Así me tiene, esperando. Lo peor es que sé que vendrá por la tarde, suele hacerlo cuando tengo vacaciones. Pues se va a quedar más solo que la una, porque hoy tengo jarana y he quedado con dos hermosas damas para comer. Así que, al pan, pan y al mensajero lo dejo plantado.
Luego me va a tocar ir hasta la sucursal, que está en lo alto de la montaña. Porque esa es otra, ¿por qué siempre tienen la central en lugares recónditos donde no llega ningún servicio de transporte público? Está claro, porque quieren que les esperes.
Me pasa lo mismo! da igual dónde ponga que envíen las cosas que nunca acierto con el sitio y me toca ir a por el paquete a la oficina :)
ResponEliminaEstas cosas pasan... mejor tomarlas con mucha calma.
ResponEliminaGracias por tu saludo en mi blog, no sé cómo llegaste... pero bienvenida.
A mi me pasó algo parecido dos días seguidos. Siempre que me estaba lavando el cabello, que nunca es a la misma hora, me llamaban al móvil para concertar una entrevista de trabajo:)))
ResponEliminaBss!