dilluns, 13 d’octubre del 2014

Madre e hija

Quiero mucho a mi madre, aunque desde siempre hemos tenido una relación tumultuosa. Ambas sabemos que nos parecemos demasiado, así que es inevitable que choquemos, cada una quiere tener razón, a pesar de que las dos defendamos la misma postura: tercas (marca de la casa).


Este fin de semana hemos ido a buscarla, lleva como 4 meses fuera, no hay como estar jubilada y poder hacer lo que una quiera. Se pasa la mitad del año en un pueblo de montaña, que para mí es sinónimo de frío, lluvia y animales varios, para resumir. El resto del año, cuando la nieve lo cubre todo, se escapa y viene a vernos, hasta que el calor la agobia.


Pues eso, que hemos ido a buscarla. En el pueblo había feria de ganado y concurso de tractores, todo muy glamuroso. Me chocó mucho ver un feriante que vendía animalitos, entre ellos conejitos y pájaros. Leñe, que los campos están llenos y encima en libertad. Nunca dejarán de sorprenderme los humanos. Bueno, ya estamos de vuelta, algo más cansados por el viaje y con la despensa llena, que ahí siempre me dan verduritas y todo lo que sale del huerto: qué distinto es el sabor de lo natural comparado con lo que hay en el supermercado.

7 comentaris:

  1. Pero distinto, oye. Las cosas de pueblo saben a gloria.
    Y tu madre se lo ha montado magníficamente.
    Un besazo!

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  2. No tiene nada que ver el sabor... mi padre es agricultor y cada fin de semana cuando voy a verlos me surte la nevera para una semana (o dos...) Ayer me cargó en el coche una caja de melocotones y cebollas, una bolsa de judías verdes, pimientos, calabacines y berenjenas.... esta semana me pongo las botas!!!

    Un besazo reina

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  3. Te aseguro que tu señora madre me da envidia, aunqe sea de la buena. Qué tranquila tiene que vivir en medio del monte! Con sus paisajes, los animalillos, y esas cosas... vamos, que así cualquiera se jubila!
    Besos

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  4. Tu madre hace lo que muchos querríamos hacer y tu debes estar encantada de que ella viva como quiere vivir. Un abrazo o dos

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  5. conozco esos pueblos de montaña porque durante muchos años estuvimos veraneando en uno de ellos. a las personas mayores les gusta mucho para descansar y escaparse del mundanal ruido...

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  6. Irme a vivir al medio de la nada es mi sueño. A ver cuándo lo cumplo. Muy fan de tu madre. Jajajaja. Besotes!!!

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  7. ¡Y tan distinto!, con buenas verduritas y la mamá cocinando... no veas como te vas a poner.

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