dilluns, 8 de novembre del 2021

En el banco

Esta mañana he ido al banco, mis padres me habían regalado por mi cumpleaños algo de efectivo y he preferido ingresarlo. En resumen, tengo la sensación de que les estoy blanqueando dinero, si no es así, ¿que les costaba hacerme una transferencia? Ahí estaba yo, con mis pensamientos delictivos, cuando me ha tocado en ventanilla y la muchacha me ha dicho que ahí no se podían hacer ingresos. He mirado extrañada, llevo unos días despistada y he pensado que igual había entrado en la ferretería, o qué se yo, como últimamente hay un montón de tiendas que no distingo qué se vende dentro...

Una vez que he salido de dudas, mi mente ha vuelto a lo criminal, ¿es que tal vez esa señora se ha dado cuenta, ojo avizor, de lo del blanqueo? Otra vez equivocada, era algo más banal y que, por otro lado, dice muy poco de los bancos: tienen un horario ridículo en el que puedes o no ingresar dinero. La alternativa es ir al cajero, a lo que le he dicho que ni de coña, que hace años el cajero (la máquina, no el trabajador) se me quedó el sueldo de todo un verano y tardaron tres meses en recuperarlo; así que me he negado en rotundo y le he exigido que, si tenía que hacerlo así, me acompañara, porque de esa manera, si alguna cosa salía mal, ella sería la responsable. A todo esto me ha dicho que no le hablara mal, que ella no era la que ponía las normas. ¡YO,  QUE NUNCA ALZO LA VOZ NI DIGO PALABROTAS! Le he respondido muy seria, con la voz muy suave, que no le estaba hablando mal, le estaba comunicando mi desacuerdo y que, en todo caso, ella trabajaba para los que habían puesto esas normas, es decir, era la cara visible de la empresa, y por ello le traspasaba mi opinión contraria. He hecho el ingreso, y adiós muy buenas. Para algo tenía que servirme la influencia de mi madre, que siempre da por saco a todo el mundo, hoy la he emulado a conciencia.

divendres, 5 de novembre del 2021

A los 45

 Hoy es mi cumpleaños, ha sido un día bastante normal, y eso me ha encantado, porque nunca me ha gustado demasiado ser el centro de atención y es lo que suele pasar. Los alumnos, que se enteran de todo y, según he descubierto, se dedican a buscar a sus profesores en Internet (a saber lo que descubren, miedo me dan), me han regalado una de mis mejores clases del año; aunque también es cierto que yo les he llevado mini magdalenas de chocolate, así que igual los he sobornado un poquito, y eso que yo he entrado en el supermercado convencida de comprarles todas las chucherías del mundo, pero resulta que no vendían (ya os digo que no vuelvo ahí, y el caso es que vivo encima de una tienda de chuches, pero previsión ninguna). 

Lo mejor de todo es que estaba en clase, pensando en mis cosas, cuando he visto el año de nacimiento de uno de mis tutorando, y me ha entrado la risa floja al pensar que tengo cosas en el congelador más viejas que algunos de mis alumnos. Pues ahí estaba yo, muriéndome de la risa, y ellos mirándome en plan: "ya se ha vuelto loca del todo".

dilluns, 1 de novembre del 2021

Grupo de WhatsApp

No sé si habéis oído hablar de los grupos de WhatsApp de madres y padres, yo hasta ahora solamente tenía referencias por rumores, pero este año, en la primera reunión con las familias me propusieron adjuntarme al grupo. Entré en pánico y barrena y, por fortuna, esa neurona, que está siempre alerta, contestó: "Sí, ahora mismo, con la fama que tienen esos grupos, ni de coña me apuntáis".

Ahora, pasado un tiempo, me pregunto si no hubiera estado bien, porque la de anécdotas que me estaré perdiendo, con mensajes a altas horas de la madrugada... más que nada, porque están todos siempre informadísimos e igual me enteraría de más cosas, que no siendo su tutora. Aunque, en realidad, de esa reunión también saqué en claro que firman cualquier cosa que les lleven sus hijos, confían plenamente en mí y, tal como ya les advertí, cualquier día les meto un cheque en blanco y me lo firman sin reparos.

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...