Dejadme dormir

Espero que me den el alta pronto, porque mis padres me están llamando de dos a tres veces al día con la excusa. Por la mañana mi madre, bien temprano, tanto que hoy le he mandado un sms a las 6 diciendo que no me llamara porque no había dormido nada desde las 2 y me tomaba una pastillita mágica para dormir, a lo que, por supuesto, me he puesto el teléfono fijo en la mesilla de noche porque a las 8 ya me estaba llamando, y es que, según ella, el móvil le esconde los mensajes. Y sus amigas convenciéndome de que la ayude a ponerse Internet, solo me faltaría eso, no solo porque se pasaría el día enviándome mensajes con un punto y nada más, palabras inconexas, mensajes de voz en los que oigo qué hace, pero no dice nada; también porque el móvil maligno le escondería los mensajes. Además, que ella no quiere, porque conoce a sus amigas, que son muy pesadas (son sus palabras), y así no la molestan, pero me usa a mí de excusa, que soy muy mala hija.

Por la tarde, mi padre, aprovechando que mi madre se echa la siesta y no puede oírle, porque la tía está como una tapia, pero a la que se habla de algo que le interesa, es un lince. Entonces se desahoga, porque nadie habla de lo que es esta pandemia a nivel matrimonio, y ellos llevan muchos días saliendo poco y demasiado juntos. Y a veces llama a deshora: sin ir más lejos, esta semana me llamó porque recibió un sms -otro que tal, pero por motivos distintos, que le gustan poco los cambios/novedades, y tiene el mismo teléfono fijo de alquiler desde hace más de 2o años, a pesar de que funciona mal y se oye fatal- a las 3 de la madrugada del banco diciéndole que estaba en descubierto y tenía que seguir un enlace (ahí otro motivo por el que no tiene Internet, que le hubiera dado hasta la saciedad). Desde las 7 que estaba delante del banco, aunque no abrieran hasta las 8:15h y yo le hubiera dicho durante una hora, y menuda hora, las 3:10, que era una estafa y que no se preocupara. Cuatro días después sigue preocupado y sigue llamando al banco, luego a mí, por supuesto. Una cosa tengo clara, si ellos no pueden dormir, yo tampoco.

Me pongo existencial

Hoy me he dado cuenta de que si hubiera un gran desastre que llevara a la extinción de la raza humana, además de alegrarme un poquillo (porque ya poco queda por salvar), no vendría nadie a rescatarme heroicamente, aunque para lo que me iba a servir... porque reconozcámoslo, pocas posibilidades tendría, me perdería o tropezaría, que entre gafe y patosa no hay quien me salve. Ni siquiera mi mejor amiga, que iría a por sus padres, evidentemente, no como yo, que soy una hija desnaturalizada y pienso que ya, a sus años, poco habría que salvar, y no me imagino toda la escapada heroica oyendo a mi padre quejarse y a mi madre intentando arrasar con todas las tiendas de ropa que nos encontráramos.

Fuente: Escena de la película Greenland.

Igual debería dejar de ver películas catastróficas en las que el héroe en realidad es un desalmado que siempre se carga a alguien en favor de su familia, muy de Victor Frankl, porque ante la adversidad todos haríamos cosas moralmente muy cuestionables o, de lo contrario, nos matarían antes del primer corte para publicidad. Citando a Nietszche; “Quien tiene algo por qué vivir, es capaz de soportar cualquier cómo”. Ahora voy y me pongo existencial. A mí lo que realmente me da risa es que en todas esas películas siga habiendo electricidad y los reporteros de noticias sigan emitiendo, eso no se lo cree nadie, si con una simple tormenta se queda todo mi pueblo sin luz.

Un dolorcillo

Tengo una teoría, que me deja a la altura de una superwoman, pero sin mucha utilidad práctica, y es más un problema que un don. No siento el dolor como el resto de la gente, y no es que no me duelan las cosas, es que no suelo expresarlo. No, no me estoy poniendo chulita, por poner un ejemplo, vuelve a dolerme mucho la espalda, llevaba días algo encorvada, pero iba haciendo (en mi vida me he quedado clavada por el dolor, yo sigo adelante sea como sea), hasta que me desperté en el suelo y lo único que recordaba era un dolor intenso. Eso era el domingo, el lunes fui a trabajar y pensé que mejor que llamara al médico. Evidentemente, me dio la baja.

Paralelamente, se me había hinchado la encía, se puso de un color negruzco y se desprendía del diente. Cuando me vio la dentista un poco más y me mata. Ahí estoy, con antibiótico y opiáceos para el dolor. Y sigo pensando que no había para tanto. Así que si tenía que tener un superpoder, mejor hubiera sido volar, o megafuerza, que me parecen más útiles.

Mi casa sin mí

Esta semana he conocido a LA OTRA y encima me ha caído bien. Necesito que la maldad se apodere de mí y me convierta en un ser horrible, no puede ser que mi ex y yo sigamos siendo amigos y encima me caiga bien la sustituta, creo que debo de tener algun tipo de problema mental no diagnosticado, porque no me parece ni medio normal. Con lo fácil que sería odiarlos a los dos y quemarles la casa con ellos dentro... pero resulta que me caen bien.

Estuve en mi casa, rodeada de todas las cosas que había elegido yo, en la que fui tan feliz. Esto Coixet lo llamaría: mi casa sin mí. No sabéis lo raro que es eso... que incluso las gatas la prefieren a ella (es que las tiene mega malcriadas y se nota que les profesa amor). Pues no, la sustituta debería ser terrible y criticable, debería venir por contrato, ¿no os parece? Eso no se hace.

Cita online

Hoy he recibido un mail en el que el asunto era "Cita online". Mira, a mí me ha hecho cierta ilusión, no estoy apuntada a ningun tipo de app de ligoteo, pero he decidido no ser muy cerrada de mente, así que me ha hecho cierta ilusión, hasta que me he dado cuenta de que era la confirmación de mi cita con el médico, que mirándolo bien también tendría su qué, habrá que proponérselo. De hecho, el roncador ya hace tiempo que dice que hacemos buena pareja, igual un poco serio para mi gusto, pero es mi remendador oficial y sería muy pragmático el tema. Os lo dejo en ... as soon as...

Aunque luego soy una cagada y me monté mi película estilo Serendipity con lo del radiólogo, y en cuanto me puse a pensar, es que no era de mi estilo. Y ahora tengo que hacerme unas radiografías y me da tanto corte que estoy pensando en ir con pasamontañas. Lo mío no es el amor, soy más de tropiezos.

Regalos de amor

Se acerca el día de San Valentín, los catalanes vamos a ir a votar, porque tenemos Sant Jordi y somos unos radicales, todo el mundo lo sabe, no solo pasamos de esa tradición, es que la celebramos con un acto democrático. Y dicho esto, he estado mirando regalos, porque por puro querimiento me apetecía hacerles regalos a mis más allegadas amigas, que han sido despachadas durante este año, algunas más de una vez, incluso.

Fuente: Revista Cuore

De entre todas las banalidades y estupideces que recomiendan muchas de las tiendas que he consultado, me quedo con dos: mi favorito es chocolate blanco a la taza, acompañado de unos churritos, metáfora clásica de su despecho hacia el sexo masculino, ¿o es que nadie más ve lo castrante de esa imagen? En segundo lugar, un conjuntito de bragas menstruales, ¿a eso hace falta que comente nada?