dissabte, 26 de febrer del 2022

El remo

Llevaré unos cinco meses remando, me doy cuenta de que os he contado bien poco o nada, y tengo anécdotas para parar un tren. Tal vez porque es el lugar donde me siento más yo, más ligera, más libre, y quería que continuara siendo eso, mi lugar privado; a pesar de que lo comparta con otras 8 personas, así que viene siendo un lugar concurrido, si lo pienso bien. Me encanta escuchar cómo una perdió un día el remo, un remo que mide más que cualquiera de nosotros, y ya nunca lo recuperó. De hecho, hoy me he acordado de ella, porque estaba en cuarta, parando el oleaje, y tenía la sensación de estar en un toro mecánico, o en un entreno de los de Cheer haciendo un triple tirabuzón en el aire; total, que me he agarrado al remo y pensaba que ambos iríamos al agua, pero no, solamente me he mojado muchísimo.

Es una barca en la que soy la nueva, todos llevan bastante remando y yo casi nunca me entero de lo que vamos a hacer, pero me lo paso genial. Lo mío no es el deporte, así que he llegado a la conclusión de que dentro de mí hay una señora muy cachas que tira de mí cuando ya no puedo más, porque es lo que tiene la barca, somos como uno, o no vamos a ninguna parte (viene a ser lo que algunos llaman: deporte de equipo). 

diumenge, 20 de febrer del 2022

Exorcízate

Durante este invierno he pillado todos los virus del mundo, menos de Covid, de eso sigo siendo virgen, y no será porque a mi alrededor no haya sido de lo más habitual, que tengo amigos que ya han pasado dos veces por ello, pobrecillos. Que hay una gastroenteritis terrible... pues yo tuve sus primeros síntomas en la barca, remando, en medio del mar, y eso no se lo recomiendo a nadie, que estuve a punto de volver nadando, pero como está tan oscuro me dio reparos.


Ahora estoy con un trancazo terrible, tanto que creo que voy a morir. He estornudado tantas veces seguidas que estoy convencida de que estoy echando todo el mal fuera, incluso le he pedido al roncador que me traiga a uno de esos exorcizadores, predicadores evangelistas con lambdacismo, que "expulsen el mal de mi cuelpo". Hace poco tuve uno en la puerta de mi casa, se presentó como el pastol Emanuel, aka Emi (sí, dijo aka): "que Dios la bendiga bendiciendo", me dijo, y ahora estoy malita. A mí no me gusta desconfiar, pero ahí hay, además de un pleonasmo, un mal de ojo encerrado.

diumenge, 13 de febrer del 2022

Fumando espero

Grimsi es la gata más pesadita del mundo, además de que está loca, claro está. Tiene un pequeño problemilla de apego: es como un perrillo, me espera en la puerta de casa, en la del baño, en la de la habitación cuando me harto de que se pase la noche mordiéndome el pie, la mano o el pelo... Cualquier día me la encuentro en plan "fumando espero".


Aunque también es muy sentidita. El otro día la pillé olisqueando el zapato del roncador sospechosamente, dedujimos que, como tiene las gatitas, igual la bota olía a leña de otro hogar, porque me ha salido muy de Mocedades.

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