dimarts, 30 de juliol del 2019

Rarezas zapatiles

Mi madre tiene un problema perceptivo con sus pies, en realidad son muy pequeños y tendría que usar una talla 34, pero suele comprarse la 36 o 37, es más, ha llegado a ponerse alguno de mío, un 39. Dice que así va más cómoda, aunque en realidad debe de ser como ir bailando todo el tiempo. Es algo que me parecía incomprensible hasta que conocí a una amiga con la que siempre mirábamos zapatos y me di cuenta de que no le importaba mucho el tallaje, indistintamente se probaba entre el 36 y el 38. 


A título personal creo que no puede ser nada agradable tener el pie bailando dentro del zapato, o al menos cuando he intentado mirarme un 40, porque ya no quedaban de la mía, así lo he sentido. No sé, no me parece que sea como un pantalón, que puedes apretar con un cinturón, y solo se me ocurre imaginármelas con 7 calcetines (aunque sé que no es el caso). A veces la miro y me la imagino como una geisha, a la que han obligado a llevar tallas más pequeñas, pero a la inversa. Igual con los años se le ha ido haciendo más grande, vete a saber.

diumenge, 28 de juliol del 2019

Pecho palomo

Vivir en un pueblo playero te obliga a ver cosas que duelen a la vista, a los sentidos y en el alma. Para empezar, ¿por qué la gente opta por comprar las cremas solares con olores tan intensos? Con una puede pasar, pero la mezcla de todas es peor que el almizcle y el sándalo en grandes cantidades olfativas. Suerte que mis paseos matutinos por la orilla del mar no se adecúan a semejantes especímenes exentos de pituitaria... y esa es otra, ¿es que la gente no se ducha? Entiendo un olor del día, en el que inevitablemente sudamos y aunque usemos el mejor desodorante del mundo llega un momento en que no da para más, por ese motivo existe la ducha o un cambio rápido de camiseta, vamos, lo que hacemos todos (en esta época del año yo siempre tengo una muda en el trabajo). Pues no, hay cosas insalvables: sin ir más lejos, en plena huelga ferroviaria, que ahí se huele todo más de cerca, sufrí a una chica megapeinada y arreglada que transpiraba hedor de no haberse cambiado de ropa en días (no siempre es suficiente con airear), es que tuve la sensación de que del pelo saldría fauna propia de una película del jurásico o del espacio (no os digo más, que os dará asquito).



Luego está la especie masculina, los llamaremos fulanos, que en cuanto llega el verano se olvidan de la existencia de la prenda superior de vestir, la mayoría pecho palomo y orgullosos de su cuerpo (ya sea de su pecho marcado o de su barriga de buda), y el caso es que a mí me importa poco que estén fornidos o tengan un cuerpo diez, no quiero ver sus pechitos al aire, que hay un mínimo de decoro en el vestir y unas normativas municipales, en la playa eso es normal, pero en el pueblo han tenido que poner carteles en todos los sitios pidiendo unos mínimos de vestimenta (triste pero cierto). Sin ir más lejos, hace pocos días me ardieron los ojos ante un ser completamente desnudo, ondeando sus atributos al viento, entre yo y el supermercado, ya no sabía si tenía que comprar leche o unas gafas de sol.

divendres, 26 de juliol del 2019

Con cuatro pelos

En las últimas entradas ha habido un tema recurrente, aunque fuera de forma indirecta, la alopecia masculina. El caso es que es algo que nunca entenderé, porque socialmente no está nada mal visto que un hombre no tengo nada de pelo en la cabeza, en las mujeres es otro cantar, como siempre (en el resto del cuerpo pelonas, pero en la cabeza melena). 



Diría más, tienen todo un nicho de mercado: es cierto, hay parejas que los prefieren calvos. Y, a pesar de ello, sigo viendo hombres con verdaderas melenas parciales enmarañadas formando una especie de nido de cigüeñas para tapar las clapas; de esos que van evitando las ventiscas por miedo al desmelene parcial y descubridor.


Y la nueva moda, los moños, cuatro pelos largos hechos una pelotita en lo alto de la coronilla.

dimecres, 24 de juliol del 2019

Make up

Soy más perezosa que presumida, debo reconocerlo; pero a veces creo que en parte es culpa de mi madre (conmigo Freud se forraba): cuando era pequeña y mi madre se maquillaba para alguna ocasión especial, la veía usar el rizador de pestañas (menuda tortura), el rímel, se ponía colorete, sombra de ojos... vamos, todo el lote. Una vez terminaba yo tenía la sensación de que se había lavado la cara, la tenía más iluminada, y ahora me doy cuenta de que era la reina del nude.



Así que, en cuanto empecé a maquillarme decidí que igual no me merecía la pena la pérdida de tiempo, como mucho me hacía la raya en los ojos, algo de pintalabios, nada espectacular y, sobre todo, nada relacionado con las pestañas (lo del rizador me traumó). Eso me duró la adolescencia porque cada vez que alguien me ha intentado maquillar, y hablo de profesionales, luego me he visto tan pepona que ni salir a la calle. Y debo decir que sigo fervientemente a blogs sobre maquillaje y sus looks me parecen espectaculares. Es como el día que en la peluquería me preguntaron si me pintaban las uñas de rojo y les dije que no, que luego me sentía algo putón (ahí todas llevaban las uñas pintadas de rojo). Si es que no tengo filtro, y lo que a las demás les queda bien, no tiene por qué gustarme para mí, ¿no?

dilluns, 22 de juliol del 2019

No estoy menopáusica

No soy nada creyente en dioses, pero si hubo un ente que creó a la mujer con la tortura de la menstruación, ya te digo yo que me hago del otro bando inmediatamente. Y hay que añadirle el hecho de que ella siempre tiene que aparecer en las fechas más importantes, inadecuadas e inoportunas; menos cuando la esperas y deseas, claro está. Y me refiero a que tengo que hacerme una analítica el tercer día del periodo... porque otra cosa no, ya os lo digo, así, sin tapujos.


Estos días aprovecho para visitarme con todos los médicos (cada uno usa sus vacaciones como puede) y esta semana tocó el ginecólogo (aunque suene redundante). El señor tiene más años que Matusalén y siempre albergo la esperanza de que se le caiga el peluquín en plena exploración, por aquello de darle vidilla y emoción a algo tan desagradable como es el papanicolau, pero nada. En plena exploración me hizo notar que tenía un enorme moretón en el pecho, como si yo no me hubiera dado cuenta, teniendo en cuenta el tamaño, el color, y que el golpe me lo di yo. Pues no le da al hombre por aconsejarme que vaya con cuidado, pensará que me paso el día dándome contra los muebles expresamente. 


Para vuestra tranquilidad, porque sé que he sido pesadita con este tema (nunca tengo tiempo de chequeos médicos), no tengo la menopausia, a pesar de las ganas que tenía y de haber puesto todas mis esperanzas en ese pensamiento. Probablemente he sido irregular por un quiste, ya sabéis, nada grave y de lo más común.

dissabte, 20 de juliol del 2019

Pionera en contraindicaciones

Esta semana he ido al oftalmólogo. Suelo pensar que si alguna vez me torturan mi gran punto débil son los ojos, no sé si vi mucho a Buñuel de jovencita, pero mi imaginación se desborda de forma muy gore cuando pienso en los ojos, así que ir a ese médico es como a muchos de vosotros ir al dentista (médico al que adoro y al que voy encantada). Hará un par de años operaron a mi madre de cataratas y desprendimiento de retina y creo que sufrí más que con cosas más graves que han pasado en mi familia: el mero hecho de pensar que estaba despierta y ese bisturí acercándose a sus ojos... no os digo más.


En todo caso, esperaba acongojada al médico (que por cierto llegó tarde a la consulta), el frío del aire acondicionado conseguía aturdir mis sentidos, así que tenía el pánico a raya... y entonces me pasaron con el optometrista, a lo que me resigné a pesar de que dejé claro que iba porque me arden los ojos y siento que tengo una fina capa en los laterales. El caso es que el chico me dijo que ya no soy miope  -os pondré en antecedentes: a los 4 años me diagnosticaron astigmatismo e hipermetropía, me libré del parche en el ojo porque ahí gané una de mis primeras batallas contra la paciencia de cualquier adulto y no solo eso, nunca me he puesto las gafas. Hace unos 10 años me diagnosticaron astigmatismo y miopía, se ve que suele pasar con la edad. Pues bien, ayer el optometrista me dijo que tengo astigmatismo y ni rastro de miopía. Ahí, desafiando a las gafas y a los diagnósticos. 


Total, que en cuanto me pasaron al oftalmólogo determinó que soy alérgica al polen, sin pruebas de alergia y obviando absolutamente el hecho de que tengo urticaria crónica. Pues nada, voy a tener una sobredosis de antihistamínicos un día de estos, y me estoy planteando pasar de las gotas, teniendo en cuenta mi pasado reivindicativo y de efectos secundarios varios y novedosos (que uno de ellos lo incluyeron en el prospecto solo por mí, pionera en contraindicaciones).

dijous, 18 de juliol del 2019

Exterminación

No acabo de entender esta obsesión de la humanidad por saber la temperatura que tenemos en el exterior. A ver, si eres navegante, ya sea de transporte marítimo, aéreo como de tierra, pues mira, de ello puede depender tu vida; pero al resto de seres a los que el hecho de que estemos a 26 o 28 grados tampoco nos va afectar tanto, pues no acabo de pillarlo. Ayer una mujer me dijo la temperatura que había cuando había salido de casa a una hora concreta y la que tenía en ese momento: señora, tiene calor, ¿no? Pues eso, que no hace falta saber con exactitud cuántos grados más o menos la hacen sudar.



Igual es una cuestión ancestral o incluso celestial, que no esté por llegar la tormenta final a modo de inundaciones y sequía... pero eso ya está pasando con el cambio climático y tampoco veo a la gente muy preocupada, será por la inevitable mortalidad. Últimamente tengo una fe ciega en la naturaleza y estoy por ayudarla a exterminarnos, que no le hacemos ningún bien.

dimarts, 16 de juliol del 2019

Sin pelo también hay alegría

Tengo que dar todo mi apoyo a aquellos hombres que sin tener un pelo de tontos, y muchos de ellos a muy temprana edad, lo llevan con dignidad e incluso con sensualidad. Me da mucha rabia ver a esos maromos con pelazo, que lo saben y abusan de ello, con esos movimientos que marean, de un lado hacia otro, ondeando al viento el pelo... si es que a veces me pregunto cómo no los secuestra alguna sociedad secreta pro calvos y les da tijeretazo al canto.



Si es que se les ve, que sin su cabellera no son nada. Tendrían que practicar un poco de humildad, que nunca se sabe, esto de un día para otro puede desaparecer. Les invito a cultivar otras cosas, además de su melena.

diumenge, 14 de juliol del 2019

Amor de madre

Mi madre hace días que quiere que me vaya con ella de vacaciones. A priori os parecerá genial, y es porque tenéis madres normales, yo tengo pesadillas cada día desde que me lo dijo. Voy a pasar unos días a toque de pito, que estoy por meterme en el ejército (más o menos). Y qué ganas de sufrir que tengo, no solo porque voy a irme con ella (a ver si mi padre me pasa algo de dinerillo por hacerle el favor, que eso no tiene precio); también porque estoy sufriendo cada noche, reviviendo el infierno que va a ser.


Ya me tiene el planning hecho para cada día, hora, minuto y segundo. Voy a tener que entrar en coma el día 2, porque de lo contrario voy a dejarme el sueldo en psiquiatras y pasar el resto del verano ingresada en un sanatorio. Y si como mínimo cocinara bien, pero no es el caso, lo más habitual es que me intoxique y acabe vomitando todos los días (eso sí, voy a perder peso seguro).

divendres, 12 de juliol del 2019

Fiesta mayor

La fiesta mayor de mi pueblo empezó el viernes día 5 de julio y se acabará el día 14, diez días de no dormir, de petardos, mala música y cohetes cada dos minutos (lo suficientemente pausados para que te creen ansiedad). Tengo a la gata medio loca, básicamente vive debajo de la taza del váter. Esto es un sinvivir, llevo tantos días sin dormir que ya no sé si es de día o de noche... eso sí, si esta noche no consigo pegar ojo, mañana a las 5 de la madrugada me pongo a cantar saetas a pleno pulmón, que es doble tortura, la saeta por lo dolorosa que es a esas horas, y mi desafinada voz. Igual se lo piensan dos veces la próxima vez.


El caso es que ayer me dormí a las 6 de la mañana, y de 7 a 8 ha pasado el de la limpieza con la máquina, para mí que la ha dejado enchufada ante mi puerta y se ha ido a desayunar, porque la calle olía a meados (a pesar de tener dos sanitarios portátiles a la vuelta de la esquina) y estaba llena de botellas de cristal rotas. A todos nos gusta un buen sarao, pero lo que he visto yo en estos días me ha parecido inaudito, da la sensación de que fiesta se asocia a borrachera incontrolada, y en este país todos sabemos que el alcoholismo incluso se potencia y tolera. Si no fuera por eso, sin poder dormir, me hubiera arreglado y salido a bailar, pero me da pereza lidiar con semejante circo por la calle.

dimecres, 10 de juliol del 2019

Sentido arácnido materno

Estoy buscando piso, y digo buscando porque no sé qué les ha dado por subir los precios como locos, como si no hiciera apenas unos años que eso nos llevó a una crisis enorme a toda la población, así que ni se me ocurriría comprar ahora mismo si no fuera un chollazo increíble. El caso es que le comenté a mi madre que había un ático sin ascensor que me gustaba mucho: inmediatamente, su sentido arácnido y negativista desafiador me advirtió de que los áticos siempre son muy calurosos, y lo gracioso es que ella vive en uno, más bien frío, pero la cuestión era encontrarle una pega.


A lo que yo le recalqué que era sin ascensor, ático, creo que altura de un quinto piso... pues bien, eso no le pareció un problema serio. Yo me imaginé a los de Amazon subiéndome mi última chorrada a casa, así que he decidido que no valía la pena, lo hago por ellos, por los repartidores de todo tipo (también los de comida, claro está).

dilluns, 8 de juliol del 2019

Una oportunidad

Los de mi banco (no lo pongo por no hacer propaganda, que me molesta horrores estar viendo una peli y que me pongan cortes de publicidad) me han mandado un sms (me ha parecido hasta retrógrado) en el que me han preautorizado un crédito para que cree mi propia película. No sé si es una metáfora en la que película se refiere a vida o si es que han visto algo en mí, esa vena dramática que me sale cada fin de mes, supongo.


Gracias, queridas personas del banco, ya que están puestos, páguenme la hipoteca, con eso seguro que me siento muy artística y me monto una película del copón. El caso es que en mi casa siempre han pensado que sería muy buena guionista. Mi hermana solía decir que tendría que empezar a ahorrar para mandarme a Hollywood (algo falló ahí, no me llegaron los billetes).

dissabte, 6 de juliol del 2019

A destiempo

En muchas lenguas la palabra adiós es tan fuerte que es para siempre, vamos, que decirla es como llevarte a sepultura. No creo haberla dicho nunca en ese sentido, como mínimo sin ser consciente de ello, pero esta semana me la han dicho en ese sentido y me siento como en un culebrón, con lo poco que me gustan los dramas. 
Dicen que el tiempo lo cura todo, pues el mío hace horas extras, porque me ha pillado a destiempo y ahora parece que es el momento de bailar con otras personas. Siempre hay que renunciar a algo, lástima que con el pack vaya también mi mejor amigo.

dijous, 4 de juliol del 2019

Ser un hacha.

En mi casa tenemos mucho peligro con los cuchillos, con deciros que una vez me corté un trocito de dedo cocinando, bueno, en realidad ni siquiera eso, fue intentando abrir el plato de comida precocinada. Y hace relativamente poco estaba lijando una madera y resulta que sin darme cuenta también lijé parte de mi pulgar. He llegado a pensar que tengo las extremidades algo insensibles, aunque igual es que soy más burra que un arado.


Además de ser unos hachas en mutilar nuestro cuerpo, en mi familia no podemos resistirnos a una buena oferta; por ese motivo, el día que mi padre llegó a casa con una sierra eléctrica porque estaba a un precio increíble supe que tenemos un problema grave. Ahí está, criando polvo, porque ninguno de nosotros somos capaces de enchufarla, por miedo a las consecuencias.
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