diumenge, 25 d’abril del 2021

El asesinato

A veces me fijo en la gente y, de hecho, hace poco que vi a un par de tipejos de los que estoy segura, y pondría la mano en el fuego, que habían perpretado un asesinato. Pensaréis que me he dejado llevar, finalmente, por mi imaginación, pero todos los datos apuntaban a ello: las manchas de sangre en su ropa, un maletero que no cerraba bien, las palas... a ver, que igual también podría ser que habieran atropellado un pobre animal, que para el caso, viene a ser lo mismo. Tenían escrita en la mirada la culpabilidad.

Por si acaso, no me acerqué mucho a ellos, porque pronto aprendí que la curiosidad mató al gato. También os digo una cosa, estuve tentada de anotar la matrícula, nunca se sabe cuándo vas a necesitar una ayudita, ya sea con un cuerpo, ya sea porque se te ha ocurrido pensar que más vale cobrar el seguro de vida que aguantar ciertas cosas... suerte que el roncador me conoce y sabe que si todavía no lo he matado, habiendo tenido la oportunidad idónea, ya no tiene nada que temer .

dijous, 22 d’abril del 2021

Grupo de liberación de nomos de jardín

No creo haberos contado nunca que durante un corto período de mi vida, hace muchísimos años, me dediqué a rescatar nomos de jardín. Por eso me encanta que en la película Amelie la protagonista le mande a su padre fotografías del nomo que, supuestamente, han secuestrado. No sé muy bien lo que pretendíamos, ¿liberar a las figuritas de escayola de vivir entre plantas? ¿Rescatarlos de jardines un tanto horteras? En 1996, en Francia, se inició este movimiento, y nosotros éramos muy modernos y unos inconscientes. Solo sé que nos divertíamos mucho, y luego las dejábamos en sitios donde, en realidad, todos habríamos querido vivir. Me gustaba imaginarme las caras de los propietarios de esos jardines, tal vez alguno pensó que había cobrado vida y había decidido viajar.



Hace no mucho fui a la "deixalleria", el punto verde donde se dejan trastos que ya no se quieren, y vi una de esas figuritas. Le pregunté al encargado si podía llevármela, y me dijo que de ahí no nos podíamos llevar nada. Me sentí tentada de volver a vestirme de negro y perpetrar otro rescate, porque percibí que ahí no se podía ser feliz (ni el nomo ni el encargado).

dilluns, 19 d’abril del 2021

Espionaje

Siempre me ha apasionado el tema espionaje, aunque sería negada para ello, y no solo por la forma física, que todo es ponerse (aunque a perezosa no me gane nada), es que tengo una memoria mega selectiva, puedo acordarme de cosas totalmente inservibles (excepto de los medicamentos, y los números de la Seguridad social, que con eso tengo un don y no le he dado nunca uso), pero para el resto de cosas no recuerdo ni mi nombre.

Es que mi gran recurso mnemotécnico es apuntarlo todo, y con el cuento de autodestruirlo todo, pues ahí lo llevaría crudo. Sin ir más lejos, desconozco la marca, tipo y color de los coches de mis amigos, si una vez el roncador me encontró esperándolo al lado de un coche descapotable de color rojo, con el que cualquier parecido con el nuestro residía en el volante (y ni siquiera había un deseo oculto, porque siempre me han gustado más los coches tipo furgón blindado, que son mucho más elegantes cuando bajas de ellos). Si es que como espía fijo que me daban una palabra clave para entrar en acción y yo distraída con cualquier otra tontería, porque si oyen la vocecita en el oído, ¿no sería más fácil sencillamente decir algo como "iniciar misión"?

divendres, 16 d’abril del 2021

Traumatizada

Cuando volví de vivir un año en Italia mi madre descubrió, por casualidad, ni se lo escondía ni dejaba de hacerlo, que tenía un tatuaje en el tobillo. A día de hoy mis amigos siguen preguntándome si me he hecho un tatuaje, porque es tan discreto que nadie repara mucho en él. La reacción de mi madre fue tan desmesurada que parecía que me estuviera metiendo heroína en vena delante de ella. Debo contaros que mis padres ni siquiera me hicieron agujeros en las orejas porque tienen la creencia de que eso es como marcar como ganado a los hijos (ya los conocéis, no os sorprenderá), con lo que un tatuaje me convertía por lo menos en adoradora de Satán... aunque eso les hubiera molado, que son unos cachondos.
Lo más curioso es que el hecho de que me dejaran decidir a mí lo de los pendientes siempre me ha halagado, aunque choca con el hecho de que me bautizaran porque tenían ganas de hacer una fiesta por todo lo grande, y que todavía se recuerda en la comarca. Mi padre, mucho menos emotivo, pero el autor de varias frases míticas, después de ser conocedor de mi alarmante acción contra mi cuerpo, me contó que en los campos de exterminio nazi marcaban a las personas con unos números en el brazo, así era más fácil su identificación. Y os sorprende que no vaya a terapia, es que no tendría suficiente dinero para subsanar todos esos traumas.

dimarts, 13 d’abril del 2021

Shut up!

Os digo una cosa muy en serio, el silencio está infravalorado. Si mi edificio hubiese sido construido encima de un antiguo cementerio, los fantasmas de sus muertos habrían emigrado muy pronto, sin importar el destino, porque durante las 24 horas hay ruido. Por la noche unos se dedican a freír sardinas y a discutir sobre fútbol, los imagino gaditanos, a saber por qué. Luego está la sección escupidera, que se despiertan con una tos sopechosa desde las 3 hasta las 5 de la mañana, y me extraña no ver alguna ambulancia acudir en su rescate, porque ese no es ruido de personas sanas.

De normal me voy a trabajar temprano, no para ganar dinero, qué va, para huir de este sitio, porque llevo un año aquí y ha habido obras todos y cada uno de esos días, inclusive durante el encierro por pandemia (que me suena a toros bravos justo antes de salir al ruedo). Luego está la tropa de gente que pone la música a todo trapo, a lo que no los culpo, puesto que yo insonoricé casi todas las habitaciones y sigo oyendo a los vecinos. Y tenemos a las cotorras, a cualquier hora, hablando de ventana a ventana en el patio de luces, porque les hace eco y tendrán vocación de sopranos, si es que no callan, y viven puerta con puerta.

dissabte, 10 d’abril del 2021

Me tocó la lotería

Pues ya está, ya hemos hecho la declaración de la renta, aunque cada vez me parece más que estoy jugando al Bingo, porque hay tantas casillas, que a veces tienes la sensación de tener que elegirlas al azar, la mitad me cuesta entenderlas, y pagar a alguien para que nos la haga, pues va a ser que no, porque no sobra el dinero y además al final, si se equivocan ellos, el que pagas eres tú (que le pasó a una amiga, y no es moco de pavo). Lo mejor de todo es llamar al teléfono de consulta, en el que la mitad de veces tampoco tienen ni idea. El caso es que sé que Hacienda lo sabe absolutamente todo de mí, son más fiables que el Mossad.

A mí hacer la declaración siempre me recuerda al famoso monólogo de los hermanos Marx: "la parte contratante de la primera parte será considerada como la parte contratante de la segunda parte". Por extrañas cosas de la vida, este año me sale a devolver, ahora, y solo por chinchar, ¿cómo os sentís sabiendo que me sale negativa? Yo, como si me hubiera tocado la lotería.

dijous, 8 d’abril del 2021

Respeto

Hace unos días una compañera me dijo que tenía que buscarme un amigo gay. Sí, claro, y uno negro, otro chino... ¿De verdad alguien puede soltar esa frase y quedarse tan tranquila? Como si un amigo fuera como un complemento, no sé, como  un bolso. 


Vivo en una comarca que se enriqueció con el comercio de esclavos durante el s.XIX, y le ponen a las calles los nombres de esos capitanes de barco. Eso no ha cambiado tanto: la Ley de Extranjería, la frontera sur... No soy muy partidaria de lo políticamente correcto, ya lo sabéis, pero es que hay un problema cultural de fondo que me preocupa sobremanera, probablemente por mi profesión. Hace menos de un año nos conmocionó el trato de unos policías en norteamérica, y la red se tiñó de negro en señal de protesta; pero en el fútbol todo vale, sobre todo para los ignorantes y zafios.

dimarts, 6 d’abril del 2021

El renacer

Unas semanas antes de las vacaciones de Semana Santa recibí una carta, escrita de puño y letra, por una tal señora Isabel, en ella me invitaba a celebrar un gran acontecimiento, un nacimiento. A mí me costó un buen rato entender de qué se trataba, antes repasé mentalmente que no hubiera amistades a punto de ser padres. Venía con un código QR y me invitaban a una fiesta por Zoom, para celebrar el nacimiento de Jesús. A mí estas cosas siempre me han confundido, no sé cuándo nace, muere o renace, sé que al principio de la semana lo matamos y luego resurge de sus cenizas (bueno, eso es el ave Fénix, este renace de haberlo clavado en la cruz, que esos romanos se las traían).

Si es que a mí el folklore me confunde, que si madre virgen, espíritu santo por el medio, ahora muero, ahora estoy vivo, es que es el mejor culebrón de toda la historia mundial. En todo caso, me lié con las fechas y cuando fue el momento se me olvidó conectarme a la multitudinaria celebración (aunque Zoom tiene un máximo de invitados, no sé si lo plantearon muy bien esto de la logística). Realmente, hicieron gala del dicho: "renovarse o morir", que me pareció todo muy moderno, porque como ahora no se puede ir puerta por puerta... Estoy que trino a la espera de ver qué van a hacer por año nuevo, tengo entre miedo y expectación.

dissabte, 3 d’abril del 2021

A estas alturas, un hermanito

Por qué cada vez que llamo a mis padres y no me contestan, sabiendo que están en casa, me los imagino follando, y los ojos, eclipsados por esa terrible imagen, arden y me los arrancaría de cuajo. Otra opción es que les haya pasado algo... aunque en realidad sé que uno estará comprando la quiniela y la otra paseando con alguna amiga, pero ¿y si no me preocupo y sucede alguna de las dos primeras cosas?

A ver, un hermanito ya no voy a tenerlo, que igual el padre de Julio Iglesias puede reproducirse a ciertas edades, pero a los 80 de mi padre, y los 76 de mi madre, pues va a ser que no, o salimos en el libro del Record Guinness.

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...