A veces creo que soy nórdica o francesa, mis horarios no son propios de un español medio y corriente. Siempre me he levantado a horas intempestuosas; cuando todo el mundo sigue conectado a Internet y trasnochando, yo madrugo (incluso en los festivos). Luego llegan las 10 de la noche, hora muy española para empezar a cenar, y yo ya tengo los ojitos medio cerrados y esa mala leche que me caracteriza cuando tengo hambre o sueño (sí, como los niños).
Así que en casa solemos comer a la francesa. Al mediodía rara vez podemos, porque el trabajo marca el horario, pero por la noche cenamos cuando en las demás casas apenas han acabado de merendar. Sobre las 7 nos entra hambre y nos obligamos a esperar a las 8 porque nos sentimos raros y ancianos. Mis padres son de mi estilo, pero los suegros empiezo a sospechar que son vampiros disfrazados de entrañables viejecitos... suelen llamar a las 10, aunque ya los hemos ido acostumbrando a llamarnos antes, porque al principio nos despertaban siempre. A pesar de ello, se levantan tempranísimo... creo que el secreto está en la siesta, como yo nunca he gastado de eso...
No sabes cuánto te comprendo. Manolo dice que llevo una sueca en mi interior...jajaja
ResponEliminaBESOS!
o también ceno pronto, a las 8 de la tarde si las clases no me lo impiden. y me acuesto muy tarde porque soy trasnochador por naturaleza. ^_^
ResponEliminaQue suerte cenar pronto mis horarios me lo impiden!1beso
ResponEliminaCenar temprano es saníiiisimo!! yo también lo hago, no le encuentro sentido a ponerse a zampar a las 22 de la noche, si te vas a dormir! además que haces toda la tarde sin meter nada en el cuerpo, no, no no, en mi opinión los equivocados son los demás, con lo que mola acostarse pronto y "aprovechar el día" (vale, esto suena muy de abuela pero es la verdad). Besos!
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