Después de ver la última temporada de Black mirror en la que todos sus capítulos me han parecido inquietantes e incluso el primero es más que factible (una sociedad totalmente basada en los "me gusta" de tus redes sociales); me he topado con aquello de la realidad siempre supera la ficción, un producto que se oferta como el no va más: odontología emocional (a este paso, cualquier día me pinchan y soy un robot).
No se trata de lo que una mente sensata pensaría inicialmente, un grupo de dentistas preocupados por la comunicación paciente/médico, que pretende buscar maneras de acercamiento y de comprensión, de crear lazos y vínculos más fuertes... qué va, se trata de la posibilidad de tener una nueva sonrisa (aunque a la nuestra no le pase nada), una nueva estética para nuestra sonrisa. Dónde queda aquello de la naturalidad, de la belleza que hay en la sinceridad, ahora además de canillas te dan una nueva sonrisa. Con lo que me costó a mí dejarle al endodoncista tocarme la boca y era una cuestión de salud. Ahora además de pasar por el quirófano para cambiarnos la nariz y la papada, podemos modificar la sonrisa. Para volverse locos, está claro que la realidad siempre supera a la ficción.
Al final nos acabaremos todos pareciendo entre nosotros y a la Lomana. Tiempo al tiempo.
ResponEliminaMuy bueno... y lo peor es que tienes razón (miedito).
EliminaMadre mia a donde vamos a llegar!!besos
ResponEliminaen las quedadas con gente que nunca me había visto antes, me reconocen rápidamente, porque como mis fotos son sin filtro... no sé cómo se hace eso, ni me interesa. mejor mostrarse como uno es.
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