Ayer mi dentista me sacó un diente para ponerme la ondodoncia, y desde entonces que no dejo de tener ganas de gritar "cuñao", me he dado cuenta de todo el mal que hace la televisión.
Fue una larga discusión, en la que preferían ponerme dos implantes antes que arrancar, pero una es muy bruta y tacaña, así que mi pensamiento fue: para qué poner dos si puedo quitar uno.
Ahora me doy cuenta de que el proceso es menos traumático y más rápido, pero durante un tiempo me va a dar risa mirarme en el espejo. El primer paso es admitirlo: soy una mellada y no soy capaz de pronunciar algunas palabras con la s; pero al final del proceso, mi sonrisa será tan fabulosa que me incluirán en los poemas del siglo XXII y loarán mis dientes como perlas.
Ánimo, tú céntrate en el objetivo, chiquilla!
ResponEliminaBESOS!
Jajajajj Bueno, por lo menos sabes que vas a acabar bien. Yo he soñado muchas veces que se me caían los dientes y lo pasaba tela de mal, y no era precisamente para arreglármelo luego xD
ResponEliminaUn beso!!
Palacio rosado
ResponEliminasiempre vigilado
-arriba y abajo-
por blancos soldados.
Hay dientes guardianes;
otros, capitanes.
Dos más movedizos,
son dientes postizos.
Un abrazo con buen humor
Gracias, Ester, es lo que necesitaba, me ha llegado al alma.
Elimina¡Qué risa lo de "cuñaaaaaao"! Piensa que el estar mellada durante un tiempo te "quitará" años ;-)
ResponEliminaYo conservo todavía dos dientes de leche (los colmilos) y pienso que si les diera por moverse, nada, como una niña...
seguro que estarás guapa de todas las maneras. y cuanto te lo arreglen del todo mejor aún.
ResponElimina¡Y lo guapa que vas a estar....!
ResponEliminaJaja! Mi abuela está igual que tu! Esperando que la pongan uno! :p
ResponEliminaBesos!
Tu post me ha divertido, y ya, sabes que quedarás bella, saludos
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