En realidad, no se ha encontrado ningún gen asociado a la inteligencia y hay tantas teorías que incluso se habló de que los cabezones son más inteligentes, por fortuna, alguien se dio cuenta de que, en todo caso, el tamaño del cerebro es más importante que el de su contenedor y que simplemente son cabezones. Lo que sí que es cierto es que en boca cerrada no entran moscas, así que me dejo de tonterías, puesto que nunca he creído demasiado en las teorías sobre cocientes de inteligencia ni cosas por el estilo.
Yo soy paradójica en ese sentido también: me distraigo con una mosca pero cuando algo me motiva caigo en la concentración total... jis!
ResponEliminaLos cocientes andan cojos... ¿no hay ya mas tipos de inteligencias que test de las mismas? Tampoco me los creo.
Yo tampoco creo en teorías de este tipo!!besos
ResponEliminalo que sé por experiencia es que realizando determinadas actividades se activan unas áreas del cerebro y se desactivan otras. por ejemplo, para mí es totalmente incompatible escribir algo que requiera cierta atención (como una entrada en el blog, por ejemplo) y al mismo tiempo prestar atención a la música que tengo puesta de fondo.
ResponEliminaLa imagen que has subido hoy al post, me apabulla, esos ojos...
ResponEliminaYo me distraigo fácil, también. ¿Significará eso que soy lista? Qué orgullosa va a estar mi mami. Jajajaja. Besotes!!!!
ResponEliminaMe encanta el gif de los gatos, jajajajaajajaj!
ResponEliminaVes? ya me he distraído....es que tengo más materia gris :P
A mi también me va bien la teoría del despistado ;) Feliz semana
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