Cada inicio de curso me pasa lo mismo, llego del verano leyendo una media de dos a tres libros por semana y es empezar las clases que ni acercarme a la librería. Oigo como me gritan desde las estanterías, y tengo que hacer caso omiso. Este curso voy especialmente cansada, espero que el volumen de trabajo disminuya, porque empiezo a parecer la hija del jefe, trabajando de 8 a 20.
Ayer un alumno, en plena rabieta en la que soltó todos los improperios habidos y por haber, aunque para mi gusto demasiado manidos, escaseaba de creatividad en ese sentido, me dijo, viendo que lo otro no le funcionaba, que los profesores estábamos mal pagados, a lo que contesté que para nada, y que no solo eso, tenemos 3 meses de vacaciones. Se le pasó el enfado inmediatamente. Sigo diciéndolo: se ganan más batallas con sonrisas.
es verdad eso de las vacaciones, son unos privilegiados... y a los niños así a educarlos, con sonrisas mejor... saludos
ResponEliminaJajaja yo soy de esa filosofía también.
ResponEliminaY con respecto a la lectura, en verano devoro pero empieza el curso y nada, no me da tiempo. Ahora he empezado a retomarla y estoy contenta, todos los días un ratito.
Un besito.
Qué envidia, yo todavía no he sido capaz.
EliminaEs la manera de frenar los enfados sin razón. con una sonrisa se puede hasta dar una mala noticia. Abrazucos
ResponEliminaT8ene mucho mérito ser profesora. Un beso
ResponEliminaClaro que sí, la sonrisa y el diálogo siempre son l amejor opción.
ResponEliminaFeliz miércoles.
Cierto, hay que poner al mal tiempo, buena cara. Es lo mejor.
ResponEliminaUn abrazo
no es sólo dar ciertas horas de clases, sino prepararlas, corregir exámenes, ir a reuniones y muchas cosas. ser profesor es más duro de lo que la gente cree...
ResponEliminaYo también creo que los profesores estáis mal pagados (con todo lo que tenéis que aguantar)... y con lo de los 3 meses, que te voy a decir, eso lo que me da es envidia. 😉
ResponEliminaBesos.
En mis tiempos de colegial, cuando todavía no sabía lo que era la esclavitud moderna, imaginaba que el trabajo perfecto sería aquel en el que se cobrara como un político, con las vacaciones de un profesor y el desgaste físico-mental de un cura.
ResponEliminaSigo leyendo el que empecé en verano, justo antes de mis vacaciones a principios de septiembre con la vana esperanza de acabarlo antes de volver al trabajo. Y no, no lo he acabado pero da igual porque lo estoy disfrutando mucho; Soy Pilgrim.
ResponEliminaRespecto a ese energúmeno bajito... qué santa paciencia tuviste, hija mía!
Besos
Madre mía, que mal genio xD
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