Tengo una teoría, el cuerpo va aguantando y, en cuanto le doy algo de tregua, venga, gripe, que se cura milagrosamente para ir a trabajar. Maldito sentido del deber y de la responsabilidad.
A veces me gusta pensar que en otro universo soy una supermujer que puede con todo, pero en este tengo mis límites y son enormes. Es que llega el fin de semana y solo tengo ganas de dormir y de morir lentamente sentada en el sofá, sin hacer absolutamente nada.
Ay, eso es más común de lo que se cuenta!! Yo creo que a las mujeres nos pasa a menudo: llevamos el cuerpo y el esfuerzo tan al límite, que en cuanto se presenta un descanso, pum...caemos malitas.
ResponEliminaUn besazo!
A mi también me pasa: mi chico me dice que lo que pasa es que no sé descansar... ainnss!
ResponElimina¡Fatal! ni fin de semana ni miércoles, la gripe se archiva, la calle está llena de tentaciones, algunas conducen al campo y otras al mar. Fuera de casa la gripe, el cansancio y hasta el sueño se disipan. saltibrincos
ResponEliminaDa rabia, pero es así, el ritmo de vida nos termina pasando factura, si lo dicen hasta los médicos
ResponEliminalo peor es cuando estás medio-malo, y te quedas en casa con cierto remordimiento de conciencia de que no estás tan malo como para haber faltado al trabajo o a donde tuvieras que ir...
ResponEliminaEso de ponerse malo el fin de semana y recuperarse el lunes es lo peor... Tal vez sea que tenemos el cuerpo entrenado para no poder relajarse entre semana. Besotes!!!
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