Evidentemente, yo no me di cuenta de nada, soy despistada por naturaleza. Pero hubo un día que estaban comentando algo y entré en la sala, todas disimularon a la perfección, pero una de ellas ni se dio cuenta (a pesar de saludarme) y siguió con el tema. Lo peor es que, cuando se dio cuenta, gritó y se fue corriendo. Naturalmente, todas nos reímos mucho.
Así me las imagino, desesperadas con tanta organización.
A pesar de ello, solo pensé que me preparaban un regalo, no el sorpresón que me organizaron. Así que, desde entonces, prefiero no enterarme de nada, porque fue algo inesperado que me hizo muy feliz.
Las sorpresas (buenas) son fantásticas. Me siento identificada con esa amiga tuya que no se enteró de que tocaba disimular jajaja
ResponEliminaBesos!
jijiji... que divertidas son las sorpresas (¡cuando son buenas!).
ResponEliminaHay gente que se empeña en adivinar las sorpresas pero la verdad es que es mucho mejor dejarse sorprender. Un besote!!!
ResponEliminabueno, aunque se escape algún spoiler, es un motivo más para reírse, jeje.
ResponEliminaQue buena sorpresa lo debistes pasar genial!!besos
ResponEliminaJajaja, qué pillada!
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