El roncador se pasa el día teniendo monólogos que disimula haciéndome creer que habla con las gatas, haga lo que haga oigo de fondo su voz explicando todo lo que va a hacer, como si fuera un narrador observador. Me siento como en una de esas películas en blanco y negro en las que una voz en off va explicándolo todo (por cierto, ya que llevo semana de series, me encanta esa voz en Jane, the virgin).
Y luego está lo de ponerle banda sonora a la vida, porque no solo lo narra, también lo canta. Me casé con Concha Piquer y yo sin saberlo. Cualquier día me lo encuentro con un clavel tras la oreja y cantando coplas a las gatas (espero que sin bata de cola). Por fortuna, todavía no le ha dado por bailar, porque es un poco descoordinado y la liaría parda (calla, que me lo estoy imaginando).
Jajaja Sin duda, que lo narre es curioso, pero que lo cante...tiene tó el arte.
ResponEliminaUn besazo!
es normal hablar con los gatos. en el pueblo, hay unos gatos del jardín de enfrente que vienen a la puerta de casa, y les digo "esperad un poco, ahora os doy de comer", y cosas así. :D
ResponEliminaHola.
ResponEliminaSiempre es bueno hablar con los animales, creo que son los mejores oyentes.
Oye, eso de encontrar turrones de oferta en estas fechas es toda una ganga.
A ver, dime dónde es que voy volando.
Un beso.
Oye, pues era en El Caprabo, ayer mismo, en serio.
EliminaMe he sentido muy identificada. Yo soy muy de hablar sola y a veces el churri me llama la atención porque ando murmurando. Para disimular le digo que no murmuro, que tarareo algo. A veces cuela porque también soy muy cantarina. Jajajaja. Besotes!!!
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