Hace unos días, una amiga me preguntaba si me era fácil perdonar, le contesté una verdad como un templo: no es que sea buena persona, es que tengo una memoria pésima, con lo que se me olvida, así que lo mío es enfado y olvido, lo de perdonar es que ya ni entra en la ecuación, porque no lo recuerdo. A veces sé que estoy enfadada con alguien, pero como es casi imposible recordar el motivo, pues paso.
Una vez me encontré con una antigua amiga, le dije que no entendía por qué habíamos perdido el contacto, que siempre habíamos tenido muy buen rollo... descubrí que estaba muy enfadada conmigo, todavía no sé por qué, espero que no se me olvide para otra vez, qué mal trago.
Hola Dori...
ResponEliminaPues sí que parece grave lo de tu memoria, la vivencia esa que cuentas es para no repetirla.
Dicho lo cual, no cabe duda que tienes mano para esto de escribir entretenido y dinámico.
Abrazo.
Hay individuos que por sistema biológico olvidamos rápidamente los elementos negativos y las experiencias duras y problemáticas, nos apesadumbran, y entonces cualquier otro tipo de valoración, por ejemplo una moral, no se suele plantear. Pero cada cual sabe. Relativizar, tolerar, superar. Saludo y gracias.
ResponEliminaJajaja...a mi me pasa igual, no retengo cosas que me generen rencor, ¿para qué?
ResponEliminaLo que me preocupa es que tampoco retengo a quien le presto libros y luego no sé ni por donde andan, voy a tener que usar unos de mis miles de cuadernos para hacer un catálogo de préstamos.
Feliz sábado!
Yo pensaba que era como tú.
ResponEliminaQue se me olvidaba... y bueno, supongo que sí, que algunas "afrentas" las habré olvidado, pero yo pensaba que eran todas.
Y no.
Algunas no las he olvidado.
No sé si eso es ser rencoroso o no, pero es lo que hay.
Besos.
el unico que sufre es el que no olvida porque su ego es demasiado grande vida mia....jajaja
Elimina¡Ay, Dori, Dori! Qué personaje tan encantador y tan tierno, de mis preferidos.
ResponEliminaRespecto a lo demás, si pensásemos las cosas dos veces, seguramente nos daríamos cuenta de que la mayoría de nuestro enfados vienen de nimiedades.
Yo nunca me olvido de nada aunque quiera. Tengo una memoria prodigiosa. Quiero decir que tengo una memoria prodigiosa para las tonterías de cualquier índole. De lo importante casi nunca me acuerdo. Pero ya me han dicho muchos que para mí nada es importante. Es casi insultante. No sé si lo uno o lo otro, pero insultante.::)
ResponEliminaes la vrdad
ResponEliminaLa traída a colación de esa pececita de Nemo es muy apropiada para tu concición.
ResponEliminaLo que tienes es olvido, no perdón, pues la base del perdón está en que TÚ SABES QUÉ TE HICIERON Y LO QUE LE HICISTE A LA OTRA PERSONA, pero la gracia del perdón está en que A PESAR DE ESO ese recuerdo no es tomado más en cuenta para las actuaciones futuras y presentes.
Beautiful blog
ResponEliminaPlease read my post
ResponEliminaNuestra mente a proposito borra malos recuerdos para protegernos. Las experiencias traumaticas quedan en el olvido de ese modo no nos persiguen recuerdos incomodos.
ResponEliminaPor lo que contás, el olvido tiene sus ventajas.
ResponEliminaBesos.
A mi me sucede lo mismo que a ti, que tengo una magnífica memoria para olvidar, sobre todo para lo malo, y eso me hace que viva una vida más feliz, pero siempre, teniendo en cuenta no enfadarme con nadie...que lo mismo, por eso no me acuerdo de nada malo que le haya echo a alguien.
ResponEliminaMuy bien traído este tema porque, da para muchas y variadas opiniones.
Me alegro mucho el volver a dar contigo, ya que soy seguidor tuyo desde hace mucho tiempo, y que por algún motivo (seguro que no fue por un enfado), perdí tu pista.
Un abrazo, Doris.
yo reconozco que soy un poco susceptible. aunque hay personas a las que se lo perdono casi todo, porque desde el primer momento veo como son para lo bueno y para lo malo. son personas que no engañan a nadie, o las tomas o las dejas.
ResponEliminaJajaja creo que todos somos un poco Dori 💗
ResponEliminaSaludos desde Plegarias en la Noche
Suelo recordar que estoy enfadada pero olvido el motivo. Buen domingo, abrazos
ResponEliminaEl rencor envenena la sangre... el olvido el mayor antídoto.
ResponEliminaBss
No siempre se puede olvidar, si el motivo es nimio, a los cinco minutos ni me acuerdo pero si es gordo me cuesta.
ResponEliminaBesos.
Que suerte la tuya, yo sí suelo recordar los motivos de enfado.
ResponEliminaYo no olvido tan fácilmente. Un beso
ResponEliminaYo perdono, pero no olvido.
ResponEliminaPues mira, yo creo que para algunas cosas es estupendo ser como Dori.
ResponEliminaBesos.
No somos nada rencorosas pero, si nos esforzamos, recordamos perfectamente el motivo de tal o cual enfado...
ResponEliminaBesos mil de las dos
J&Y
Diops mío! Eres yo!!! Tal cual. Mi memoria de pez es legendaria, por tanto no puedo mentir ni guardar rencor. Y como tú, no lo hago por bondad... sino por incapacidad!
ResponEliminaMejor así...
Besos
yo siempre he dicho que guardo muy bien los secretos porque, a) tengo muy mala memoria y b) no me importa mucho lo que me cuenten
ResponEliminaHola Ses,
ResponEliminaCreo que se trata de una gran ventaja, al final el enojo no hace más daño que a nosotras mismas y tu amiga es quien está sufriendo por mantener el enfado, cuando tu ya ni te acuerdas. ¡Ojalá todas tuviéramos tu memoria! jeje
¡Un abrazo!
¿Sabes que los muertos siguen vivos, mientras alguien los recuerda?
ResponEliminaPues termina la ecuación...
No te apesadumbres... Es una teoría muy extendida pero falta de demostración, por el momento
Saludos
Qué buena entrada. Si no tienes buena memoria en eso, es que eres de muy buen corazón.
ResponEliminaUn abrazo.