La semana pasada estuvimos mi madre y yo de vacaciones. Al día siguiente de llegar a nuestro destino me regañó, me dijo que me había mandado una cosa y no la había hecho, y mi respuesta, evidentemente, fue que igual si me lo pedía en lugar de mandármelo... acto seguido yo era lo peor y cada día me parezco más a mi padre. Lo siguiente, me miró fijamente y sentenció que salgo fatal en las fotos, que ya no parezco una mujer joven y se me empieza a notar la edad en el rostro. Amor de madre, lo llaman.
Fuimos a comer a un restaurante que es de una amiga suya. La mujer estuvo con nosotras para los postres. En cuanto se sentó, de repente, mi madre se le acerca al oído y dice en voz alta y clara: "Esta es la que se quedó viuda". Yo mirando a quién se había referido, y hablaba de mí. En lugar de explicarle que soy su hija menor, referirse a mí por mi nombre, o elogiarme por muchas otras cosas que podrían definirme... Así somos, nos vemos relativamente poco, aunque hablemos muchísimo por teléfono. Somos muy parecidas, cortadas por el mismo patrón, así que solemos discutir por todo y, en cuanto nos separamos, nos echamos enormemente de menos.
Parece una relación de amor/odio, de esas irrompibles.
ResponEliminaBesos.
Las madres somos así. Un beso
ResponEliminaa mi, cierto tipo de relaciones, me acaban asfixiando :) para evitarlo, intento mantener una sana distancia, estoy para lo que haga falta, pero no entro en los juegos mentales ;)
ResponElimina¡Ay, madre mía, siempre dando consejos! El amor es así.
ResponEliminaSalud.
Dicen que discutir con los padres es sinónimo de buena salud en la relación. Dicen, dicen...
ResponEliminaSiempre hay fricciones.
ResponEliminaSalu2.
Que ataque brutal de sinceridad.
ResponEliminaParece que tu madre no ha oído hablar de la sinceridad.
Un abrazo.
Sinceridad o sincericidio, elige...
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