Me ha dado por la vida contemplativa y cuidar de mi jardín, es decir, me dedico a coger esquejes de geranio de casas ajenas y plantarlos; pero el martes vi uno en el mercadillo que me encantó, y la chica me dijo: "a este no se le pone la mariposa". Pues qué pena, pensé yo... y luego pregunté, porque la imagen de una mariposa posándose en sus hermosas flores me parecía preciosa y no entendía nada. Le dije a la chica que yo quería mariposas, en el estómago y en la planta. Todavía se está riendo, se ve que es un bicho malo que se mete dentro de los geranios, los marchita y los mata por dentro, o sea, igualito que algunos amores.
Dudé sobre si quedármelo, porque a pesar de ello, sigo creyendo en el amor, y estoy privando al geranio de tener un affaire con la mariposa de turno. Aunque en el fondo todas sempamos que esas emociones gastrointestinales también podrían confundirse con una gastroenteritis en ciernes, que a veces nos liamos con lo del romanticismo.
Si ja saps que et farà mal, intentes evitar-ho, o no?
ResponEliminaPetonets!
Yo pino si me lo permites que hagas lo que se te antoje, igual es tu planta. A lo mejor la mariposa que le toca a tu geranio es estéril o buena onda y no le hace nada ¿Eh? ¿Qué tal?
ResponEliminaUn saludo con mariposas
Yo también prefiero mariposas en el estómago y de las buenas , no de la gastroenteritis.
ResponElimina¡No hay manera de acabar con los bichos que estropean los geranios!
ResponEliminaSalu2.
Las mariposas, creencias populares aparte, son unos malos bichos. Claro, nos dirán, sólo hacemos aquello para lo que hemos sido diseñadas. Si, igual que algunas personas :)
ResponEliminaSes, deja que la Naturaleza siga su curso y que la mariposa mate al geranio. Y compra una planta de plástico de esas que no dan trabajo. :))
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