Mi otro gran superpoder es que soy invisible. Podría entrar a robar en un banco y nadie se acordaría de mi cara, aunque tampoco me harían mucho caso. Ni siquiera las luces sensibles al movimiento me reconocen, que cada vez que entro en un baño con luces de esas tengo que marcarme un bailoteo del copón para que se enciendan, y eso con las bragas bajadas es arduo complicado. Ni hablemos de las puertas automáticas, suelo esperar a que entre otra persona para poder pasar yo detrás.
La de veces que he estado parada en la calle y alguien ha chocado contra mí, sin pedir ni perdón, porque soy como mobiliario urbano. Una vez, en la cola del pan, se me intentaron colar y alegaron que no me habían visto, no soy bajita y llevaba una chaqueta de color rojo (sin comentarios). Es más, últimamente, mi capacidad de invisibilidad ha mutado y me asemejo más a Superman, cuando llevo las gafas de sol no me reconocen, al quitármelas, al igual que Clark Kent, me transformo y se dan cuenta de que soy yo. Habría que explotar ese poder, lo sé.
Pues tienes altas posibilidades de burlar a la IA. ;)
ResponEliminaSalud!
Lo de las gafas lo entiendo. Un beso
ResponEliminaJa, ja, muy bueno, Te felicito.
ResponEliminaUna amiga invisible se puso un implante de silicona y ahora se arrepiente, ha perdido su invisivilidad.
Saludos
Dentro de poco, si no ya, va a ser preferible esa clase de invisibilidad de la que hablas. :)
ResponEliminaSupongo que según las circunstancias a veces gusta y otras muchas molesta. Saludos
ResponEliminaYo, en según que circunstancias me gustaría ser invisible.
ResponEliminaMe gusta mucho tu blog, como cuentas las cosas.
Un saludo.
Una vida algo complicada por lo que se aprecia...
ResponEliminaYa que estás en ella, procura sacarle algún partido positivo... :)))))
A ver si has fallecido....
ResponEliminaEspero que no.
A mi hoy me ha tocado ver como se saltaban un paso de cebra a cinco kilómetros por hora mientras me miraba fijamente a los ojos... quizás la invisibilidad es una nueva pandemia...
ResponEliminaA como veo el tema… La invisibilidad es cuando “los demás” no saben que estamos allí (porque logramos pasar desapercibidos) y por lo tanto, podemos actuar con plena libertad.
ResponEliminaPero, de otra parte, la indiferencia (que es otro tipo de transparencia) es cuando todos saben en dónde nos encontramos, “pero a nadie le importa”.
En base a lo dicho líneas arriba, algunas veces la invisibilidad nos hace sentir “maravillosos” (como un super héroe) y en otras “miserables” (como un súper villano).
La metáfora de la historia sería que, lo importante de convertirnos en “transparentes” radicaría en la capacidad de aplicar este “poder” a nuestra entera voluntad (en el momento y lugar que nosotros mismos elijamos) y que lograr esta “transparencia” nos resulte tan fácil como colocarnos o sacarnos unas gafas.
Me encantó tu lectura. Eres muy original, didáctica, alegre y entretenida.
La pasé muy bien leyéndote… ¡Gracias por ello!
Podrías ser una integrante de los X-Men, como un mutante que es olvidado luego de ser visto. O como una versión femenina de The Shadown.
ResponEliminaBesos.
¿De qué tamaño son las gafas de sol????
ResponEliminaSer invisible también tiene ventajas ¿eh?
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