Vale, ya está, me he hartado. No es que no me guste la música, es que no tengo por qué escuchar la que escuchas tú. Tener que aguantar que la gente esté en la calle escuchando algo a lo que llaman música, y a pesar de parecerme a mi abuelo lo diré, es ruido y palabrotas, sobre todo de lo segundo, podría considerarse un delito grave y penado con castigo de mi elección (tendría que meditarlo); pero ya no entro en los gustos musicales ajenos, cada uno en su casa que haga lo que quiera, y la palabra clave es CASA, no la calle ni ningún otro lugar público que pueda dañar mi sensibilidad musical. Aunque debo destacar que tengo algún vecino no diagnosticado de sordera y de imbecilidad que pone la radio a un volumen indiscriminado y al que no sé si gritarle (para que me oiga), romperle el aparato (la radio, digo) o ponerle a todo trapo Raphael, mientras canto desgañitándome.
Es más, hay un chico con un problema auditivo grave y con un ego enorme que frecuenta mi línea de cercanías, al que incluso ha habido gente que le ha dado dinero para que dejara de cantar. El pobrecillo le pone toda la pasión, incluso demasiada, y hay que reconocerle que no deja a nadie indiferente. Pues estoy por contratarle y que todas las noches le cante una serenata al vecino bajo su ventana; es más, que lo siga por todas partes, como si de un bardo se tratara. Todo por darle una oportunidad al chico y un castigo ejemplar al imbécil.
Yo no sé de qué va la gente que lleva el móvil con la "música" a todo trapo por la calle, se creen que han inventado la pólvora. Echar un vistazo a cualquier vídeo de los 80 no les iría mal. No eran móviles, eran los "loros", pero el efecto era el mismo.
ResponEliminaBesos!
Iba a comentar lo mismo que Beatriz. Es la vuelta a los loros ochenteros. Se ve que tras una etapa mediante cívica de la sociedad tiene que venir una incívica en una especie de "eterno retorno" Nietszcheano.
ResponEliminaYo también he tenido a veces tentaciones de darle dinero a alguno para que dejara de cantar. Jajajaja. Besotes!!!
y llevar la música a todo volumen en el coche con las ventanillas bajadas, además de ser una falta de consideración, es de un histrionismo como para tener que ir al psiquiatra.
ResponEliminaLa gente es muy maleducada a niveles básicos. Dónde quedó aquello de mi libertad termina donde empieza la del prójimo? Son cosas de "primero de educación", pero nada oye!
ResponEliminaFeliz sábado!
Me estoy imaginando en el metro con el chico ese cantando jajajaja!! no hace mucho me tocó enfrente uno que no se dio cuenta que estaba subiendo el tono, pero la verdad es que no cantaba mal y no era regueton así que no le dije nada
ResponElimina