Desde el día 13 de marzo he salido de casa un total de 3 veces. Al principio tuve una especie de claustrofobia, me mareaba y sentía que necesitaba sacar la cabeza por la ventana (a falta de otra cosa); pero ya ahora me está pasando lo contrario, que la última vez que salí sentí como si el cielo fuera a caérseme encima, o sea, una agorafobia como una catedral. Si es que al final va a ser cierto eso de que en casa mejor que en ninguna parte, a pesar de que todos los días (inclusive los festivos) han estado de obras en el sexto que, por lo que pican, fijo que han montado ahí un festival de martillos y taladros (si existiera tal cosa), o están montando la fuga de Alcatraz.
Además, por fortuna, tengo la fecha de la operación como punto de partida del confinamiento, porque están empezando a hablarme por semanas y a mí eso me trae loca. Me pasa igual con los embarazos, que pierdo tanto tiempo contando que al final desisto. Mi único consuelo es que seré de las últimas en salir: entre los inmunosupresores y la cojera, hasta que no suelten hasta el último colectivo, yo me quedo en casita, y ya no por precaución, porque ante la duda me espero a la última.
Te llevo ventaja, no he salido desde el 11 de marzo, y creo que no voy a volver a salir en mucho tiempo, esperare a que la naturaleza se repliegue. Un abrazo y suerte
ResponEliminaYo sí necesito salir. Suerte con tu operación. Un beso
ResponEliminaespero que vayas bien recuperándote de esa operación. al haber coincidido con el encierro, habrás podido reposar más...
ResponEliminaen mi casa no podemos poner el lavaplatos ni abrir el grifo del fregadero, por no sé qué bajante que tienen que arreglar. cuando no es una cosa es otra...
Poquito a poco iremos volviendo a la normalidad. Yo también prefiero ser precavida.Suerte con tu operación
ResponEliminaUn beso
Ánimo con las obras y con la operación. Te ha pillado todo!
ResponElimina¿el vecino de obras? ¿confinada? eso te convalida el juicio final y pasas directamente a la gloria.
ResponEliminaGel hidroalcólico y lavarse mucho las manos, zapatos a la entrada, desinfectar lo que traigas de fuera, lejía... cuesta acostumbrarse, pero en fin, nos queda una temporada así. Yo tengo que depositar una tesis en Madrid y estoy a 500 km, y en algún momento me tendré que mover (de una zona con poca incidencia del bicho al meollo del cogollo, yavestruzzz), así que bueno, estamos todos entre algodones y en fuera de juego :/
ResponEliminaHabría que confiscar taladros, porque vamos xD
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