Bueno, bueno, y cuando veo al chico Martini no puedo evitar sentir por todo el cuerpo la necesidad irremediable de tomármelo mezclado, no agitado (me refiero al Martini, y qué caray, al chico, pero que no se entere el roncador), mientras conduzco un descapotable (y el caso es que no sé conducir ni me apetece saber).
No sé cuál es el secreto, pero estoy convencida de que no tengo remedio, si sale algo en un anuncio tiene que ser mío. Probablemente por eso miro tan poco la televisión, el peligro está al acecho en cada fotograma.
jajaja Qué buena eres.
ResponEliminaA mi la publicidad me provoca...sueño: porque el rato que veo la tele, por la noche, como pongan anuncios ya es que me quedo roque en el sofá.
BESOS!
ayyyyyyyyyyyyyyyyy chica, nos manipulan como a tontes !!jejeje
ResponEliminaA mí me pasa justo al contrario, hasta el punto de que hay veces que pienso en que es contraproducente. Hay muchos artículos, productos y servicios que justo por su publicidad hacen que me niegue rotúndamente a probarlos jamás, a mí la publicidad me sirve para reírme o cabrearme, o las dos cosas juntas.
ResponEliminaBesos
Me pasa lo que a Inmagina... por una mala publicidad no compro el producto, la buena me da sueño y solo la excepcional -rarísima- consigue sacarme una sonrisa... Pero hago una catarsis estupenda con las películas: ahí si que me transformo y me siento como la prota o como algún secundario... jaja!
ResponEliminaHe oído que la Primavera está harta del Corte Inglés... Por eso ahora se van con el otoño.
ResponEliminaSaltos y brincos
Verdad verdaderas!! los publicistas conquistarán el mundo!! A mi también me pasa... aunque aquí el otoño no parece venir, como en ECI ya es otoño... ¡vivaaa! abrigos, bufandas, ufff! nooo.. me asfixio! quita quita!!!
ResponEliminaun besote y que tengas un buen finde!!
Nuestro blog: Con la realidad en los talones
Jajajaja. Pues ten cuidado con lo que deseas, que ya ves las perlas que salen en los anuncios pesadillescos... Besotes!!!
ResponEliminaPues a mi me pasa lo contrario son las chicas las que captan mi atención, pero ya no comprendo los anuncios, unos en ingles, otros que parecen que te prometen un mundo nuevo y luego ofrecen un coche barato o una colonia carisima.. por eso ya no veo la tele...
ResponEliminaA mi me pasa justo lo contrario: muchas veces soy incapaz de recordar ni de fijarme en qué producto promociona un anuncio en concreto. Yo creo que en cuento empiezan, desconecto y me voy a mi propio mundo y claro, no me entero!
ResponEliminaBesos
de pequeño me gustaba ver los anuncios de la tele. ahora son peores, y no hablemos de los anuncios de radio. para compensar la ausencia de imágenes, hablan en un toniquete sobreactuado que resulta muy irritante.
ResponEliminaJajaja, pues menos tele, y más libro :p
ResponEliminaSolo claudiqué ante la publicidad en un época en la que compraba shampoo para alisar el pelo. Por supuesto que no dieron buenos resultados, y tenía una colección de frascos de los cuales no terminé ninguno. Ahora tengo totalmente bloqueados a los comerciales.
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