Gorrón

Mira, lo bueno de esta boda es que el suegro ha decidido que se hace cargo de pagar el banquete de boda y a mí me toca comer de gorra, así que me voy a dar un festín que ni os lo cuento, que no me van a volver caber los pantalones en unas semanas. Bueno, para eso está el viaje de novios, para quemar grasas y visitar muchos lugares maravillosos a pie (ah, ¿no era para eso?).

Aquí el mejor es mi padre, que convierte en todo un arte esto de ser un gorrón, solo con deciros que dejó de fumar en cuanto lo hice yo, por no tener que comprar tabaco. 

Supongo que han quedado claras las frases de la semana: comer de gorra y ser un gorrón; pero ahora me queda contaros su origen, que es de lo más interesante, como suele pasar con esta sección. Los estudiantes vestían capa y gorra (está claro que ahora no) y siempre tenían mucho apetito (eso todavía). Como es habitual y ha pasado a lo largo de la historia, los estudiantes no tienen un duro y siempre se las han ingeniado por colarse en fiestas, pero por ese entonces era muy típico hacerlo saludando con la gorra, de ahí comer de gorra o ser un gorrón.