A bodes em convides!

Mi padre se ha empecinado en que tiene que acompañar a la novia al altar, ¿pero qué altar? Si es la sala de un juzgado, más fría y gris del mundo, se habrá creído que, a mi edad, íbamos a ir a la iglesia. Creo que esto de las bodas es una enfermedad, toda la familia se ha vuelto loca con este tema. 

En catalán hay una frase hecha, "a bodes em convides!". Significa que estaré encantada de ir al sitio que me digas, o sea, me apunto a un bombardeo: una excursión, una velada, una fiesta, lo que sea. Lo más gracioso es que la usa muy a menudo mi padre, que siempre ha evitado ir a las bodas y a cualquier ceremonia, exceptuando los velatorios -a veces creo que es un fetichista o que planea un gran evento para su propio entierro, no se pierde ni uno.

Pero ahí la mejor es mi madre, que dice que está harta de estar tantos años juntos y que, como mínimo, para la eternidad la enterremos bien lejos, a unos 100 km. O sea, que lo llevo crudo con estos dos, por fortuna, todavía no tengo que preocuparme por ello, está más cerca la boda y ya me tiene estresada.