En la panadería de delante de mi casa venden unos cruasanes de chocolate blanco que son una delicia, sueño con ellos, y el caso es que me alegro de que siempre haya una cola enorme y que yo sea tan perra que por no hacer la cola prefiera no comprar ahí, a no ser que vaya a primera hora, que es cuando solamente tienen cosas poco apetecibles.
En resumen, el tamaño de mi culo lo va a agradecer enormemente (bueno, lo contrario). No sé qué tengo con el chocolate, pero creo que es el único alimento que si me lo quitaran querría morir, y no exagero (o un poquito sí, ya me conocéis). Ya no digo nada de la churrería, porque esos churritos de chocolate me traen muy loca.
Te entiendo. No en vano, los estudiosos llamaron al cacao TEOBROMA y a su principio activo TEOBROMINA del griego "Alimento de los dioses".
ResponEliminayo en las panaderías suelo comprar bollos y cruasanes para mis padres... aunque luego se los come mi madre, que es muy golosa.
ResponEliminaHoy escuchaba un podcast con una reflexión muy buena: si no te gusta el chocolate puro, entonces lo que te gusta no es el chocolate...sino el azúcar. Me hizo reflexionar porque a mi me gustan ambos. En este caso, la cola te salva! Jajaja
ResponElimina¡Un besazo!
Esas compensaciones emocionales nos son necesarias sino la vida sería un poco peor (y no estamos para escatimar pequeños placeres).
ResponEliminaYa se me antojaron unos croissants y unos churros.
ResponEliminaDijiste cruasán y ya se me hizo la boca agua. ¡Del lunes no pasa! jajaja
ResponEliminaBesos
A mí también me vuelve loca el chocolate. Un beso
ResponEliminaMe parece hasta cruel que en mis circunstancias me hablen de chocolate, de vino, jamón... Mi madre comió de todo y no salí tan mal :(((
ResponElimina¡¿Cruasanes de chocolate blanco?!
ResponEliminaMe encanta el chocolate blanco, y los cruasanes, pero te juro que donde yo vivo no los venden en ningún sitio.
Besos.
¿Qué tendrá el chocolate?
ResponEliminaSalu2.